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Crisis monetaria en el sudeste asiático
 
Los efectos en Brasil

La devaluación de la moneda de Tailandia generó un "efecto dominó" que arrastró a las de Filipinas, Malasia e Indonesia. Al mismo tiempo, los mercados bursátiles de la región registraban cuantiosas pérdidas. Los efectos de la crisis en América Latina y la similitud entre la situación de los países del sudeste asiático y la de Brasil, por ejemplo, ha causado inquietud en la región.

Sobre el efecto en Brasil de la crisis en el Sudeste Asiático, incluimos una parte de la entrevista de Emiliano Cotelo a Alfonso Lema, directivo de la consultora Tea Deloitte & Touche, realizada el 5 de setiembre en el programa "En Perspectiva", de Radio El Espectador de Montevideo.

- ¿Y por qué ocurrió este "efecto dominó", como tú le llamabas?

-Bueno, como dijimos la devaluación de la moneda tailandesa generó una pérdida de confianza por parte de los inversores. A su vez, los inversores ante un shock de esta magnitud encuentran similitudes entre Tailandia y el resto de los países de aquella región. Y la existencia de problemas parecidos a los de Tailandia, en Filipinas, Malasia e Indonesia genera expectativas adversas. Ante el riesgo de que se produzca una crisis similar en los otros países los inversores revisan sus portafolios y retiran capitales, esto es, liquidan activos nominados en las monedas de esos países, incluyendo acciones, y compran divisas, por ejemplo dólares.

Lo interesante de ver Emiliano es cómo el temor de que se produzcan depreciaciones cambiarias y caídas en las bolsas de valores lleva a cada inversor a retirar capitales de esos mercados y por lo tanto se termina produciendo lo temido: caen las bolsas y se deprecian las monedas. A este fenómeno se le suele llamar de "expectativas autocumplidas". En última instancia, como los agentes temen una depreciación, la depreciación ocurre efectivamente.

-¿Y cómo se explica esta crisis? ¿O por qué los inversores temen una depreciación cambiaria que, como tú decías, termina ocurriendo?

-Bueno, no existe una única razón y además la situación no es idéntica en todos los países afectados por la crisis. En el caso de Tailandia, que fue el primero en devaluar, se observa que sus indicadores macroeconómicos mostraban muy poca solidez. Por ejemplo, la cuenta corriente de la balanza de pagos presentaba un déficit superior al 8% del PBI.

El alto déficit de cuenta corriente era financiado básicamente por capitales de corto plazo, los que cuentan con la desventaja de ser muy volátiles. A su vez, la aplicación de políticas monetarias restrictivas para contraer la demanda interna elevaba las tasas de interés reforzando el ingreso de capitales especulativos de corto plazo. Esta situación se repetía en Malasia y Filipinas, aunque en menor grado.

-Alfonso, ¿y cuál es la relación entre los países del sudeste asiático y las caídas de la bolsa de San Pablo en Brasil?

-Sucede que los inversores así como ven similitudes entre los distintos países asiáticos, también ven problemas parecidos entre aquellos países y Brasil. En otras oportunidades ya comentamos que el punto débil de Brasil es la cuenta corriente. El déficit en cuenta corriente de Brasil se ubica por encima de los 4 puntos del producto, superando por ejemplo, al de Filipinas e Indonesia. Y además viene creciendo. A su vez y al igual que en los países asiáticos, este déficit es financiado en una buena parte por capitales de corto plazo.

Otro factor preocupante en Brasil es el déficit fiscal, que también era importante en Tailandia. Actualmente el déficit fiscal en Brasil llega a 3% del PBI, y aunque viene cayendo, es similar al de Tailandia.

Sin embargo, también existen algunas importantes diferencias entre Tailandia y Brasil.

-¿Y cuáles son esas diferencias?

-Brasil tiene un nivel relativamente alto de reservas. Esta diferencia respecto a las economías asiáticas fue destacada el martes pasado por el propio ministro de economía brasileño, Pedro Malán. Además, Brasil se encuentra en un proceso de privatizaciones que le asegura que el nivel de reservas va a continuar creciendo. Se estima, por ejemplo, que la privatización de Telebrás podría significar entre 40.000 y 100.000 millones de dólares, mientras que actualmente las reservas brasileñas se encuentran en torno a los 60.000 millones de dólares.

-Entonces Alfonso, ¿qué debemos esperar de Brasil? ¿Pasará nuestro vecino por la misma crisis cambiaria que los países asiáticos?

-Sin dudas que existe siempre un riesgo. Justamente debido a ese riesgo es que la bolsa de San Pablo registró fuertes pérdidas durante algunas jornadas. De todas maneras, pensamos que podemos ser optimistas. Brasil tiene un buen nivel de reservas y el gobierno podría obtener importantes recursos de las privatizaciones que están en camino.

Por lo tanto, pensamos que es bastante probable que el Plan Real siga en pie en los meses próximos.


 

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