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Alto nivel de actividad financiera Un informe del Banco de Pagos Internacionales (BPI) revela que durante el segundo trimestre de 1997 se ha mantenido un elevado nivel de actividad en los mercados financieros internacionales debido a la política de adecuación monetaria adoptada por las grandes economías y a una inflación estable. No obstante, en la actualidad los mercados están basándose más en los factores de riesgo monetario y por país. Por Chakravarthi Raghavan
Recuperación del negocio interbancario Los anuncios de préstamos sindicados internacionales alcanzaron un nuevo récord, y si bien varios prestatarios lograron acceder a plazos que estarían en los límites de tolerancia de los prestamistas, se evidenció entre los intermediarios una creciente resistencia a traspasar los márgenes, dice el BPI. Datos pormenorizados del primer trimestre demuestran una franca recuperación del negocio interbancario -luego de la renovada volatilidad del mercado monetario y de bonos. Pero como ahora los bancos intervienen en estas actividades de mercado como otra forma de obtener ganancias, el informe no es muy claro en cuanto a si la volatilidad es causada por las actividades especulativas de los bancos, o los bancos simplemente están reaccionando a la situación del mercado. Tal como lo indica la crisis asiática, ambos procesos se retroalimentan. Si bien la nueva emisión de títulos internacionales no mostró signos de abatimiento en el segundo trimestre, hubo un cambio en la actividad, que se apartó de las monedas "centrales" de Europa continental y se enfocó en el dólar estadounidense. La búsqueda de rentabilidad por parte de los inversionistas llevó al mercado a probar nuevos tipos de instrumentos, como lo demuestra el surgimiento de un mercado de bonos junk (un tipo de bono especulativo) en Europa. Al mismo tiempo, según el BPI, hay indicios de que la inclinación de la balanza a favor de los prestatarios puede estar llegando a su límite. Fundamentos económicos locales Los fundamentos económicos locales parecen tener mayor importancia en las estrategias de inversión, y los países con un gran desequilibrio de la balanza tanto interna como externa enfrentaron un retraimiento del financiamiento internacional -lo que dio lugar a salidas repentinas y abruptas presiones a la baja en sus monedas. Algunos prestamistas quedaron muy renuentes a participar en líneas de crédito sindicado (otorgado por un consorcio bancario) a menos que fueran parte de estructuras más amplias que abarcaran servicios accesorios. Las estadísticas de la banca internacional del primer trimestre de 1997 también muestran una atonía de los préstamos de la banca internacional a las entidades no bancarias ubicadas en los grandes centros financieros, lo que indica que una proporción menor de la inversión internacional de esos agentes está siendo financiada por préstamos bancarios. Los datos demuestran que a pesar del deterioro de las posiciones financieras externas y/o internas de los principales países prestatarios, los nuevos préstamos bancarios para el grupo de países que están fuera del área del BPI siguen siendo sostenidos. Los países asiáticos fueron otra vez los principales receptores de fondos: los préstamos de los bancos del BPI aumentaron de 16.300 millones de dólares en el cuarto trimestre de 1996 a 21.500 millones de dólares en el primer trimestre de 1997. Pero el modelo de préstamo varió considerablemente. Hubo un descenso en el volumen de los fondos destinados a Tailandia, donde la creciente preocupación por el abultado déficit de la cuenta corriente del país y sus dificultades en el sector financiero llevó a las autoridades a aumentar las tasas de interés. Las corrientes de crédito a Corea del Sur parecen haberse estancado por un entorno financiero y económico interno menos favorable. También menguó la afluencia bancaria a Indonesia debido a las medidas adoptadas por el gobierno para frenar los préstamos extranjeros, incluso un ensanchamiento de la banda de flotación de la moneda. En contraste, el préstamo bancario tuvo una fuerte actividad económica hacia China y Filipinas. La persistencia de una política monetaria restrictiva y las medidas para impulsar el centro offshore internacional Labuan, provocaron "una afluencia sin precedentes de nuevos fondos bancarios a Malasia". Pero en el segundo trimestre, la alteración monetaria que afectó a algunos de estos países tal vez provocó una retracción generalizada y pronunciada de los flujos bancarios a la región, añade el BPI. Los países de América Latina En América Latina hubo cierta moderación en el ritmo
de los nuevos préstamos, reflejando principalmente el
decaimiento de las corrientes bancarias a Brasil, donde
la política oficial de reducción gradual de las tasas
de interés nominal, junto con nuevas medidas
restrictivas para desalentar el endeudamiento externo,
pueden haber sido efectivas para desalentar la afluencia
de capital a corto plazo sin provocar una salida abrupta.
Pero Argentina, Chile y México registraron una afluencia
importante de fondos bancarios, si bien el grueso
continuó destinándose directamente al sector no
bancario. Esta menor confianza de los países
latinoamericanos en sus sistemas bancarios nacionales
para la intermediación de los fondos provenientes del
mercado bancario internacional refleja el mayor grado de
liberalización y reestructura del mercado financiero, ya
instrumentada en la región, comparada con Asia.
También, el pesado refinanciamiento de la deuda por el
gobierno a través de la emisión de bonos
internacionales (especialmente Argentina y México) y el
proceso de privatizaciones en marcha, facilitaron
indirectamente el acceso del sector empresarial en
América latina al mercado bancario internacional. En
otros sitios del mundo en desarrollo, los nuevos
préstamos de la banca internacional permanecieron
modestos y concentrados en unos pocos países: Sudáfrica
absorbió todos los nuevos fondos destinados a África, y
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos acapararon
la mayor parte del préstamo a Medio Oriente. El nuevo
financiamiento bancario ofrecido a Europa del este
tampoco mostró signos de decaimiento; por el contrario,
los títulos de crédito aumentaron a 4.300 millones de
dólares por encima del promedio histórico. El BPI
destaca las tendencias en el Reino Unido, donde el nuevo
gobierno laborista renunció al control sobre las tasas
de interés, derivándolo a un comité de política
monetaria del Banco de Inglaterra -que puso a Gran
Bretaña a la par de otros grandes países- pero
transfiriendo la responsabilidad de la supervisión
bancaria del banco central a una Junta de Inversión y
Valores ampliada. El cambio del régimen prudente del
Reino Unido, comenta el BPI, alentará el debate en torno
al nivel de concentración apropiado o la división de la
responsabilidad reguladora y los mejores medios de
resolver la interrelación entre los factores micro y
macro y entre los diversos segmentos del mercado. El BPI
dice que uno de los principales desafíos que enfrentan
los mercados internacionales de títulos, y en términos
más generales la industria financiera mundial, es la
transición a la moneda europea única. A pesar de los
contratiempos de la incertidumbre con respecto a la
Unión Monetaria Europea, la perspectiva de una moneda
única sigue siendo un estímulo poderoso para la
convergencia de normas y prácticas nacionales. La
introducción del Euro tendría un impacto más inmediato
sobre la competencia del mercado primario internacional
de bonos que sobre el mercado internacional de préstamos
sindicados. Cuando los administradores de cartera de toda
la región del Euro traten, tarde o temprano, a los bonos
dominados por el Euro como activos de moneda nacional, el
acceso a los inversionistas finales del Euro no
diferenciará entre los bancos de los distintos países
de Europa. Pero una competencia más dura en un escenario
más amplio contribuiría a crear mejores condiciones
para los emisores, lo que a su vez promovería una mayor
emisión y mayor profundidad del mercado, opina el BPI.
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