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UNCTAD El control de capitales volátiles En referencia a la reciente turbulencia monetaria que afectó a algunos países de Asia, el secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricúpero, exhortó a los países en desarrollo y a las economías en transición a conservar cierto grado de flexibilidad para aplicar medidas que controlen los movimientos de capital, en el plenario de apertura de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD. "Ante la falta de un consenso internacional acerca de cómo contener los movimientos de capitales volátiles, es esencial para las autoridades nacionales de los países en desarrollo y las economías en transición conservar un grado de flexibilidad razonable que les permita aplicar medidas para resolver los movimientos de entrada y salida de capitales", declaró el 13 de octubre el secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricúpero. Ricúpero efectuó esos comentarios en la reunión plenaria de apertura de la 44ª sesión de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD haciendo referencia a los desórdenes de los mercados monetarios asiáticos y sus consecuencias, tema que dominó las recientes reuniones en Hong Kong del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, incluso la reunión de los ministros de Hacienda del Grupo de los 24. Si bien varias medidas destinadas a enfrentar dicha crisis fueron miradas con buenos ojos, en especial el aumento de los recursos del FMI, Ricúpero dijo que, no obstante, era necesario aplicar medidas adicionales a escala nacional y también multilateral para el diseño y la aplicación de la liberalización financiera y las transacciones de capital. También hizo referencia a lo que había declarado en la reunión del Grupo de los 24 en Hong Kong sobre estos mismos temas. Mientras Ricúpero hacía estos comentarios en la Junta, los negociadores comerciales comenzaban en la Organización Mundial de Comercio (OMC) otra ronda de conversaciones bilaterales y multilaterales para concluir un acuerdo de liberalización de los servicios financieros (con vencimiento fijado a mediados de diciembre), impulsado por Estados Unidos y la Unión Europea y sus empresas de servicios financieros. El director de la OMC, Renato Ruggiero, quien ha estado impulsando esa misma agenda en las últimas reuniones del FMI y el Banco Mundial en Hong Kong, habló por teléfono con las principales capitales asiáticas para convencerlas de "permanecer a bordo" y realizar mejores ofertas y compromisos. Si bien es prematuro evaluar las consecuencias a largo plazo de procesos todavía en evolución, es innegable que después del "grave desorden" de los mercados de monedas de varios países asiáticos, "ha ocurrido un cambio trascendente en las percepciones, que se refleja en las publicaciones más destacadas de todo el mundo y que debería llevarnos a realizar algunas conclusiones sensatas", expresó Ricúpero. Un comunicado de prensa de la UNCTAD sobre el discurso relacionó el cambio de percepción con la situación de las economías asiáticas y la idea de que "ni siquiera el crecimiento más espectacularmente rápido y continuo durante décadas fue garantía de inmunidad contra el riesgo de reveses repentinos y graves". Pero los otros comentarios de Ricúpero dirigieron la atención a los análisis que figuran en el Informe de Comercio y Desarrollo 1997, acerca de las diferencias de ingresos cada vez más hondas entre los países industrializados y en desarrollo, y el peligro de un rechazo a la integración y el comercio, capaz de poner en peligro los beneficios de las recientes reformas económicas. Esto indicó un contexto en cierta medida más amplio de su comentario sobre el cambio de percepciones referido. Anteriormente, Ricúpero había afirmado que una mayor corriente internacional de bienes, finanzas e inversión -circunstancia asociada con la globalización-, no es la única base sobre la cual puede juzgarse el proceso de desarrollo. Crecimiento y distribución "El objetivo último de la política de desarrollo es aumentar los niveles de vida de todos. La medición de los resultados económicos debe, pues, prestar mayor atención al crecimiento y la distribución de lo que lo ha hecho hasta ahora. Y en este sentido, es necesario subrayar siempre la calidad de los esfuerzos de desarrollo y estos objetivos deben volver a estar en el centro de la agenda de desarrollo, como las bases de la evaluación, el diseño y la aplicación de una política económica racional, tanto a escala nacional como mundial". Las alteraciones de los mercados asiáticos de monedas, argumentó el secretario general de la UNCTAD, no justifican un diagnóstico negativo sino que son una razón para considerar qué espacio hay para el desarrollo en las condiciones actuales, así como la necesidad de acelerar la tasa de crecimiento no sólo en los países industrializados sino en muchos países en desarrollo que todavía están creciendo a un ritmo muy lento, un crecimiento incapaz de traer una solución duradera a los problemas de desempleo, y que condujo al despilfarro de los recursos productivos y el aumento de la pobreza. Pero para lograr este crecimiento acelerado y evitar el círculo vicioso del crecimiento demorado y un aumento de los desequilibrios de la economía, se necesitan inversiones. Lo que contribuye a una economía de mercado abierta y exitosa es la capacidad e iniciativa de los empresarios y el ámbito comercial, además de una elevada tasa de ahorro e inversión que ofrezca legitimidad social para la obtención de ganancias que redunden en inversión y empleo y mejores niveles de vida para todos los grupos de ingresos. Para conseguir mayores inversiones y un crecimiento más acelerado es necesario establecer vínculos más estrechos con la economía mundial a través de corrientes comerciales y de capital, pero no es esa la única condición. "Los esfuerzos de los países en desarrollo por una integración cuidadosamente progresiva a la economía mundial deben ir acompañados de un entorno global propicio" que permita una integración rápida en sectores en los que los países en desarrollo tienen una ventaja comparativa, por lo menos en el corto plazo. El jerarca de la UNCTAD habló al respecto del trabajo en curso dentro de la Secretaría, y en cooperación con la OMC, sobre la liberalización comercial, que aborda la progresividad arancelaria y las crestas arancelarias, así como la asistencia técnica y la ayuda a los países en desarrollo en materia de inversión extranjera directa(IED), y los esfuerzos especiales para ayudar a los países menos desarrollados. Ricúpero expresó su preocupación por el surgimiento de divergencias mundiales, similares a las ocurridas en la década del 80, con grandes desequilibrios comerciales entre los principales países industrializados. La carga del ajuste de estos desequilibrios debería ser soportada por los países excedentarios a través de la expansión de la demanda de sus economías, en lugar de un ajuste monetario indiscriminado que sólo aumentaría las dificultades actuales de los mercados laborales y de la integración de los países en desarrollo a la economía mundial. Los países en desarrollo son ahora mucho más dependientes de corrientes de capital de gran liquidez y serían las principales víctimas de una eventual corrección de los desequilibrios, como ocurrió a principios de los 80, enfatizó Ricúpero. Luego recordó los comentarios del director gerente del FMI, Michel Camdessus, pronunciados en un foro en Roma en 1995, sobre las cuatro grandes crisis financieras -la última de las cuales fue la del peso mexicano de 1994-, cuyos efectos sobre los mercados financieros se sentirán de aquí a 10 años, y las decisiones de la comunidad internacional de adoptar medidas para enfrentar tales crisis. Pero menos de dos años después, otra crisis golpeó a los países en desarrollo de Asia. Utilidad de la UNCTAD reforzada por la globalización Anteriormente, Ricúpero había expresado que los procesos de globalización y liberalización habían reforzado la utilidad de la UNCTAD, que es el organismo internacional con membresía universal, aún mayor que la de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, de la cual la UNCTAD es órgano. En su lucha por comprender y enfrentar el impacto de las tendencias globales y otras fuerzas poderosas fuera de su control, los países deberían explotar a fondo las posibilidades ofrecidas por la UNCTAD, expresó. "El tema de la UNCTAD es el desarrollo. No sólo para unos pocos sino para todos los seres humanos, y para el ser humano en su conjunto. Corresponde a un organismo multilateral con una membresía universal y un mandato como el nuestro, examinar la naturaleza interdependiente de los fenómenos económicos complejos para dilucidar la confusión y proponer medidas apropiadas a las autoridades responsables". Ricúpero afirmó que la sesión de la Junta debería facultarlos para evaluar la maquinaria intergubernamental de la UNCTAD, a 18 meses de la UNCTAD IX, y con miras al balance de mitad de período así como a los preparativos para la UNCTAD X, que se realizará en Tailandia en el año 2000. La maquinaria intergubernamental de la UNCTAD y las reuniones de expertos, señaló, produjeron recomendaciones tangibles y orientadas a la acción. Pero los representantes gubernamentales deberían asegurarse de que lleguen a las autoridades nacionales y al sector privado, y que no queden archivadas o sean postergadas para reuniones futuras. Hasta ahora, el funcionamiento de las Comisiones ha sido mixto. Si bien la Secretaría podría ofrecer su visión al respecto, los gobiernos deben mostrar compromisos políticos para alcanzar resultados orientados a la acción con un buen grado de contenido político. Pero hasta ahora, expresó, el resultado que ha salido de las comisiones ha sido, en gran medida, relativo a los procedimientos y para un programa de trabajo, y no hubo suficiente retorno de los países. Con relación al punto del programa de la agenda africana presentado a la Junta, Ricúpero expresó que el análisis de la UNCTAD demostró la necesidad de una inversión pública importante en infraestructura que, si va acompañada de políticas correctas, ayudaría a sentar las bases para la recuperación de la inversión privada y el proceso de diversificación. Pero un sine qua non de esto fue la eliminación de las retracciones de la balanza de pagos y la prestación de un alivio de la deuda para los países africanos. Ricúpero también expresó que pensaba vincular la importancia del trabajo de la UNCTAD con la de otras instituciones internacionales. Resaltó al respecto el informe de los países menos adelantados y sus consideraciones sobre las economías en retroceso. Los problemas de las minas terrestres, como resultado de los conflictos civiles en África, y su costo en vidas humanas y en cifras de la economía, así como los diversos conflictos y problemas civiles abordados en otros ámbitos por los mismos representantes gubernamentales, todos están interconectados con los temas económicos y de desarrollo planteados en la UNCTAD. |