Crisis financiera | |
Por una reglamentación financiera mundial La crisis de Asia oriental dejó al descubierto las amenazas que las grandes y volátiles corrientes de capital a corto plazo plantean a la estabilidad económica de los países en desarrollo. Es imperioso que exista mayor transparencia acerca de cómo actúan los grandes actores y mercados financieros mundiales, y que se apliquen reformas tanto a nivel internacional como nacional para reglamentar esas corrientes especulativas. por Martin Khor
Las crisis financieras no pueden ser prevenidas o resueltas a menos que se elimine esa falta de transparencia. Ese es un primer paso. Después de lograr mayor transparencia, el siguiente paso es mejorar el sistema, eliminar sus peores aspectos y sus excesos e instalar un sistema en el cual la moneda y otros instrumentos financieros (acciones, bonos, etc.) se empleen para el comercio legítimo o con fines de inversión real, y no para la obtención de ganancias especulativas no beneficiosas. Se necesita transparencia y reformas en los siguientes sectores: * Debemos saber quiénes son los principales actores e instituciones propietarios de los activos financieros así como su conducta y métodos de operación, y los mercados en los que actúan. ¿Cómo obtuvieron su poder? ¿De dónde consiguieron los fondos y el crédito y en qué condiciones? ¿Cómo actúan y a través de qué canales? En particular, ¿cómo ven los mercados emergentes y cuáles son sus métodos para obtener de ellos el máximo de ganancias? Entre estas instituciones figuran los fondos con cobertura, los fondos mutuos, los fondos de pensión, los bancos de inversión, las compañías aseguradoras, los bancos comerciales y los departamentos financieros de trasnacionales y grandes compañías. * ¿Cuál es el sistema por el cual los bancos centrales de los principales países del Norte reglamentan, desregulan (o deciden no reglamentar) la actuación de los fondos, especuladores e inversionistas? ¿Cómo coordinan entre ellos los bancos centrales? ¿Coordinan entre sí (o algunos de ellos) para influir en parámetros tales como tipos cambiarios y tasas de interés? ¿Cuál es el papel (o falta de papel) del Banco de Pagos Internacionales? * El Fondo Monetario Internacional (FMI) es la principal institución financiera internacional cuyas políticas pueden determinar las finanzas y el destino de los países. Existe falta de transparencia en las formas por las cuales su personal (que es poderoso en la institución) establece sus políticas y condiciones, a escala mundial y para cada país. ¿Cómo determina el personal del FMI el marco político y las condiciones específicas para los préstamos otorgados a cada país cliente? ¿Están bajo la influencia política de algunos países (especialmente Estados Unidos) y los principales accionistas, lo que lleva a una situación en que las decisiones no se toman sólo o principalmente en función de consideraciones profesionales? ¿Cómo colaboran entre sí los principales accionistas? ¿Cuál es el vínculo de intereses entre la secretaría del FMI, el Tesoro de Estados Unidos y los ministros de Hacienda de otros países grandes, y los bancos internacionales, cuyos intereses suelen servir para obtener el pago de préstamos concedidos a países en desarrollo? Hay estudios relacionados con algunas de estas preguntas, si bien son pocos. Es necesario investigar mucho más para llegar a tener algún conocimiento básico sobre las instituciones y el sistema. Sobre esa base pueden hacerse propuestas de cambios y reformas. Necesidad de reformas El sistema actual conviene a los intereses de los accionistas y especuladores financieros. Estos actores tienen un respaldo poderoso en los gobiernos o el congreso de Estados Unidos y otros parlamentos del Norte. Es por eso que lograr poner en marcha una reforma mundial es una tarea muy ardua. No obstante, se está tornando cada día más evidente que el sistema actual es muy inestable y continuará produciendo crisis a gran escala que para el FMI o el Grupo de los 7 países ricos les resultan demasiado costosas. Por lo tanto, la cuestión de una "nueva arquitectura financiera" está siendo planteada por los propios integrantes del Grupo de los 7. Su enfoque es tratar lo máximo posible de seguir como siempre, lo que implica no reformar el sistema actual de corrientes libres y sin restricciones de capital a corto o largo plazo. No quieren que haya una regulación a nivel mundial o nacional, por el contrario, pretenden que los gobiernos nacionales de los países en desarrollo fortalezcan sus sistemas bancarios para que los bancos puedan soportar de mejor manera las conmociones que sobrevendrán en el futuro gracias a las corrientes volátiles. El centro de atención de los países del Grupo de los 7 es tener "mayor transparencia" a nivel nacional (para que los inversionistas no coloquen desatinadamente su dinero en sitios débiles) y fortalecer la reglamentación bancaria para que haya menos posibilidades de un colapso del sistema bancario. Por supuesto, ese enfoque podría ser útil en sí mismo, ya que nadie duda de la importancia de fortalecer las políticas nacionales y los sistemas financieros. Pero seguramente, este "enfoque nacional" en los países en desarrollo es bastante insuficiente y requiere ser complementado por un enfoque mundial para supervisar y regular las corrientes financieras transfronterizas. A nivel nacional también debería permitirse y alentarse a los gobiernos a que instituyan reglamentaciones para reducir el poder de los fondos especulativos (especialmente en los países ricos) y reducir las entradas y salidas volátiles de capital a corto plazo. Existe una fuerte argumentación (cada vez más) de que exista una mayor reglamentación nacional e internacional de las corrientes financieras, los actores y los mercados así como la reforma del FMI. Debería haber un sistema de monitoreo a escala mundial de las corrientes de capital a corto plazo, que rastreara las actividades de los principales actores e instituciones de manera tal que las fuentes y movimientos de capital especulativo puedan ser dadas a conocer públicamente. También podría ponerse en práctica una iniciativa que se está tomando en cuenta seriamente, relativa a la aplicación de un impuesto mundial a las corrientes financieras a corto plazo, como el conocido impuesto Tobin, donde se impone un impuesto del 0,25 por ciento a todas las transacciones monetarias transfronterizas. Esto supone la ilegalización de los especuladores a corto plazo, mientras que tendrá solo un efecto muy pequeño sobre los comerciantes genuinos e inversionistas a largo plazo. La ventaja es que no sólo se desalienta la especulación sino que podría haber mayor transparencia en los mercados en la medida que los movimientos de capital pueden ser rastreados más fácilmente. A nivel nacional, en los países del Norte, que son la principal fuente de corrientes de capital internacional y especulación, pueden imponerse reglamentaciones nacionales para reducir el poder e influencia de los fondos. Por ejemplo, pueden introducirse reglamentaciones bancarias para limitar la cantidad y el alcance de los créditos a los fondos con cobertura. Pueden hacerse propuestas para este y otros objetivos similares. A nivel nacional, los países del Sur deberían explorar opciones para reglamentar y desalentar la entrada de corrientes de capital especulativo a corto plazo. El conocido caso de Chile, en el que el 30 por ciento de todo capital externo entrante debe ser depositado en el Banco Central, libre de intereses por el término de hasta un año, puede ser emulado por otros países. Este mecanismo fue introducido después de un periodo de excesivo ingreso de fondos. Ayudó a reducir las entradas y salidas especulativas a corto plazo y al mismo tiempo no constituyó un desestímulo para el ingreso de inversión extranjera a largo plazo. Otra medida que vale la pena emular es el requisito de que las compañías locales deben obtener autorización del Banco Central antes de asegurar préstamos en divisas, y esa autorización debe ser concedida solamente en la medida que el proyecto financiado demuestre que se generarán divisas suficientes como para pagar el préstamo. Este es un requisito establecido por el Banco Central de Malasia, y ayudó a impedir que el país quedara atrapado por los excesivos préstamos en divisas a corto plazo de empresas privadas que inundaron países como Tailandia, Indonesia y Corea del Sur. Además, países que enfrentan un peligro inminente de repentinas y grandes salidas de fondos pueden considerar la posibilidad de introducir ciertas restricciones limitadas (por lo menos por cierto tiempo, cuando el peligro es inminente) a la libertad de los residentes y compañías residentes de transferir fondos al exterior. Anteriormente, esas limitaciones fueron aplicadas en países que ahora practican la liberalización financiera. De hecho, las restricciones a los egresos de capital todavía existen en varios países en desarrollo (como China e India) y ayudaron a estabilizar su situación financiera. Si bien la sensatez dice que lo deseable es la aplicación de reglamentaciones a las entradas y salidas de capital a corto plazo, algunos países que ya se liberalizaron y dependen de la "buena voluntad" de los mercados financieros temen que reintroducirlas genere una respuesta del mercado y de los países del Grupo de los 7. Por lo tanto, es fundamental que el Grupo de los 7 revea esa posición contraria a la regulación y apruebe y legitime la posibilidad de los países en desarrollo de aplicar esas medidas. Nuevamente, la iniciativa está en el área de los
países del Grupo de los 7, y a ellos les toca llevar la
delantera en las reformas tanto a nivel internacional
como nacional. |