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Reforma del sistema financiero Junta de Comercio y Desarrollo gana terreno El reciente 45º periodo de sesiones de la Junta de Comercio y Desarrollo de la UNCTAD abogó por la reforma de la estructura financiera internacional con el objetivo de prevenir y facilitar en el futuro la gestión de las crisis financieras. Por Chakravarthi Raghavan
En la 45ª sesión de la Junta resurgió la unidad del Grupo de los 77, que presentó, por primera vez en muchos años, una posición común sobre la crisis financiera y varios otros temas. El Grupo prácticamente dejó de funcionar después de la reunión de la UNCTAD VIII en Cartagena en 1992, y de la reunión anterior del Grupo de los 77 en Teherán, donde el Grupo de países de América Latina y el Caribe -cuyos gobiernos habían abrazado con más fervor el "neoliberalismo"- buscó desarticularlo. Aunque no lo logró, ya que los asiáticos y africanos continuaron funcionando en grupos regionales, el Grupo de los 77 no ha funcionado como tal en temas importantes dentro de la UNCTAD, que fue de donde surgió originalmente. Desde el encuentro de Cartagena, el Grupo de América Latina y el Caribe había presentado a veces declaraciones comunes, pero a menudo también sus integrantes funcionaron individualmente. No obstante, frente a la actual crisis financiera hubo renovados esfuerzos por fortalecer la unidad del Grupo de los 77. En el Informe de Comercio y Desarrollo de este año se propuso la idea de que un país deudor pudiera adoptar medidas unilaterales siguiendo el lineamiento de las acciones de salvaguardia temporales que un país podría adoptar en el marco del sistema de la Organización Mundial de Comercio (OMC), así como la "financiación de deudor-en-posesión" para los países endeudados, por la cual el FMI "prestaría en mora" en tal situación hasta la renegociación de la deuda. Prevención y gestión de la crisis El análisis y las amplias recomendaciones del informe sobre la crisis financiera y sus causas, así como las formas de prevenirla y abordarla cuando sobrevenga, recibieron el apoyo y la aprobación de varios economistas. Si bien la prevención de las crisis financieras debería ser el objetivo final de los intentos de reforma, también se hace necesario aplicar medidas para una mejor gestión cuando surge la crisis, y la Junta opinó que establecer un genuino prestamista internacional en última instancia con recursos adecuados como para ofrecer liquidez podría servir a tales efectos. En las conclusiones acordadas se expresaba: "No obstante, teniendo en cuenta los graves impedimentos para esto, también podría ser útil explorar medios alternativos de gestión de la crisis que ofrecerían salvaguardias contra los ataques especulativos y la alteración de los mercados, prevendrían el riesgo moral y asegurarían un reparto más equitativo de la carga entre deudores y acreedores. También podría estudiarse el establecimiento de principios de reestructuración ordenada de la deuda. Los países desarrollados deberían considerar también otras medidas para facilitar el acceso a la liquidez por parte de los países en desarrollo que enfrenten dificultades financieras externas". La Junta también elogió el "análisis racional, independiente y oportuno" del Informe sobre Comercio y Desarrollo de este año, y exhortó a la Secretaría a seguir estudiando los temas monetario, financiero y de comercio internacional como parte de su trabajo sobre la interdependencia con una perspectiva de desarrollo, tal como lo reconoció el mandato Midrand de la UNCTAD IX, "Una sociedad para el crecimiento y el desarrollo". "Las propuestas para la prevención y gestión de la crisis financiera contenida en el Informe sobre Comercio y Desarrollo de este año merecen una difusión y una discusión más amplias, y un análisis más profundo. Dentro de su mandato actual y tomando en cuenta el trabajo asumido en otras organizaciones pertinentes, la UNCTAD debería contribuir al debate sobre temas relacionados con el fortalecimiento y la reforma de la estructura financiera internacional, y seguir brindando análisis desde una perspectiva del desarrollo". Medidas nacionales e internacionales Anteriormente la Junta había dicho que la crisis financiera actual que golpea a la economía mundial tiene elementos sistémicos y que los países afectados no pueden resolver el problema de manera aislada. Una respuesta efectiva debe combinar medidas tanto a escala nacional como internacional, y si bien los factores nacionales ciertamente desempeñaron un papel importante en las crisis financieras de algunos países, otros, con magnitudes económicas fundamentales e instituciones saneadas también fueron afectados por la inestabilidad financiera mundial. Además, el impacto adverso de la crisis sobre los precios de los productos básicos ha sido un factor decisivo en la reducción de los ingresos por exportaciones y del crecimiento en varios países, especialmente los países en desarrollo. Una receta única de respuesta a la crisis financiera no es viable ni deseable. Las políticas nacionales deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada país y ser concebidas para reavivar el crecimiento, restaurar la confianza y asegurar un retorno ordenado a la estabilidad financiera. Tales esfuerzos deberían ser complementados con acciones adecuadas por parte de los países desarrollados y garantizar un crecimiento económico sostenido y un desarrollo sustentable. Recurrir a políticas proteccionistas no es la solución a los problemas mundiales actuales y simplemente serviría para profundizar la crisis. Las políticas orientadas al crecimiento tienen la clave para evitar el riesgo de una recesión mundial y presiones a favor del proteccionismo. Los últimos eventos, expresó la Junta, subrayaron la importancia de un entorno externo favorable para lograr objetivos en materia de política económica en los países en desarrollo. "Un entorno financiero externo favorable que apoye las medidas nacionales", se decía en las conclusiones acordadas, "necesitará, entre otras cosas, una supervisión adecuada y transparente de las corrientes de capital a corto plazo volátiles. Es necesario reformar la estructura financiera internacional existente para reducir así la posibilidad de que estallen crisis financieras y manejarlas mejor. La plena representación y participación de los países en desarrollo debería ser parte integral del proceso de reforma. Deberían tomarse en cuenta las opiniones de los países en desarrollo. Es fundamental que exista una supervisión multilateral y nacional efectiva para la prevención de una crisis financiera. Dicha supervisión debe reconocer el papel de la interdependencia mundial en la transmisión de la inestabilidad financiera. Es necesario una mayor coherencia en la adopción de políticas a escala internacional en los sectores del comercio, el dinero y las finanzas. La reforma de la estructura financiera debería apuntar a la debilidad y los vacíos del marco regulador existente para los préstamos transfronterizos y las corrientes financieras. Tal vez sea necesario extender el alcance de tales reformas a una gama más amplia de actividades financieras. Es fundamental lograr una mayor transparencia en las operaciones de las instituciones financieras privadas, los gobiernos y las instituciones financieras multilaterales para poder hacer una supervisión efectiva de las políticas y los mercados y adoptar medidas a tiempo para impedir la inestabilidad financiera. Debería alentarse la realización de un proceso consultivo para tales fines. Fortalecer una reglamentación prudente y la supervisión del sistema financiero en un proceso progresivo de liberalización puede contribuir a aumentar la estabilidad financiera. Algunas de las reformas internas que deberían ser consideradas serían: mayor transparencia e información pública; reforzar las normas reguladoras nacionales y hacer acuerdos más efectivos para repartir las cargas, tales como mejorar la insolvencia y los regímenes deudor-acreedor". También podría ser necesario utilizar otros instrumentos para impedir la creación de una vulnerabilidad financiera externa sin impedir el comercio o las corrientes de inversión a largo y mediano plazo. Pueden extraerse lecciones muy útiles de las exitosas
experiencias de varios países en el uso de tales
instrumentos. No obstante, la reglamentación y el
control sobre las corrientes financieras no deberían
servir para sostener políticas inadecuadas. En otras
acciones y conclusiones, la Junta pidió una evaluación
del diseño, aplicación y conceptualización de los
programas de ajuste estructural en África para aplicar
medidas especiales que aceleren los procesos de acceso de
los Países Menos Adelantados (PMA) a la OMC, y para la
aplicación de medidas que eliminen la deuda pendiente. |