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Comercio
 
Antes de la Conferencia Ministerial de la OMC

No convence intento de "diálogo" y transparencia


En lugar de aplacar las críticas de la opinión pública contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), un simposio oficial realizado antes de la conferencia resultó ser "más un discurso que un diálogo" sobre los beneficios de una nueva ronda amplia de negociaciones multilaterales de comercio.

por Cecilia Oh


El intento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) por contrarrestar a sus detractores de la sociedad civil mediante la realización de un simposio fracasó el 29 de noviembre cuando los organizadores fueron criticados a raíz de los oradores invitados y por la imposibilidad de éstos de responder a las críticas del público a la OMC.

El Simposio de Seattle sobre Temas de Comercio Internacional fue organizado por la Secretaría de la OMC a sugerencia de Estados Unidos, como muestra ante los grupos de la sociedad civil de su disposición a rendir cuentas de los actos de la OMC y a garantizarles una mayor transparencia. Como el simposio había sido planeado meses atrás, las críticas de las ONG a esa altura habían tenido el efecto de una bola de nieve. Miles de representantes llegaron a Seattle, denunciando a la OMC y realizando una serie de actividades paralelas a las oficiales.

El comienzo del simposio oficial fue demorado unas cuatro horas ya que hubo una denuncia anunciando que habían colocado una bomba en el Centro de Convenciones del Estado de Washington, donde estaba reunida la OMC. El personal de seguridad desalojó el centro y lo revisó, con lo que más de mil participantes (delegados, ONGs y medios de prensa) tuvieron que esperar en la calle. Varias ONG aprovecharon la oportunidad para mantener entrevistas de prensa "relámpago" con los medios de difusión. Otros manifestantes estaban a unos 200 metros, contenidos por la policía que había acordonado la zona.

Cuando por último comenzó el simposio, se les entregó a los participantes el texto de los discursos y declaraciones, principalmente del director general de la OMC, Mike Moore, y de cuatro autoridades de países desarrollados (Unión Europea, Gran Bretaña y dos de Estados Unidos), así como de dos académicos.

Se invitó a hablar sólo a dos ONG. Si bien el ministro de Comercio de Sudáfrica presidió el panel, entre los oradores hubo una notoria ausencia de ministros del Sur. La mayoría de los principales oradores insistieron en la necesidad de emprender una nueva ronda amplia de negociaciones comerciales y en la importancia y el valor de la liberalización comercial para los países en desarrollo.

Una nueva ronda

El director general de la OMC dijo que la OMC es un organismo democrático y que la globalización no es una opción. Moore agregó que las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para una nueva ronda ubicaban un aumento de la producción a más de 1.200 billones de dólares, y que los países en desarrollo serían los que más se beneficiarían.

La ministra británica de Desarrollo, Clare Short, habló en extenso sobre las desigualdades del sistema económico mundial, pero utilizó ese análisis para apoyar la idea de la realización de una ronda amplia. Argumentó que si se hiciera una ronda limitada, los países en desarrollo se perderían grandes oportunidades. También dijo que la inclusión de temas nuevos en la OMC, tales como acuerdos sobre inversión, competencia y contratación pública, le reportarían beneficios a los países en desarrollo.

Pascal Lamy, comisario de Comercio de la Unión Europea, dijo que era necesario estudiar temas nuevos, incluidos el bienestar de los animales, los derechos de los consumidores y el trabajo, porque jugaban un papel importante en la percepción pública. "Es por eso que necesitamos una ronda amplia. Si bien los países en desarrollo temen que esos temas se conviertan en medidas proteccionistas, es necesario abordarlos de manera general". Lamy también discrepó con las ONG que decían que no había necesidad de hacer una nueva ronda.

Jagdish Bhagwati, profesor de la Universidad de Columbia, dijo que la protesta contra la globalización dejaba la sensación de algo ya visto. "Los países a los que les fue bien fueron los que se integraron al comercio y a la inversión", dijo Bhagwati. No obstante, se opuso a la incorporación de temas laborales en la OMC. La Representante Comercial de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, dijo que la OMC debía enfrentar los nuevos desafíos del sistema multilateral de comercio. Por eso era necesario que se incluyeran temas nuevos como comercio electrónico, biotecnología, comercio y medio ambiente, trabajo y transparencia de la OMC. Dijo que la OMC debía ser más abierta al escrutinio público.

Evaluar, corregir y reformar

A la hora de las preguntas, Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo, expresó que varias ONG participantes estaban muy molestas y decepcionadas por la forma en que se había dirigido el simposio. "Fue más un discurso que una diálogo", dijo. El panel no estaba equilibrado y ONGs claves, que habían sido contundentes en sus críticas a la OMC, no estaban representadas, señaló.

Khor informó a los participantes que durante varios meses, diversas ONG de todo el mundo se habían preparado para la Conferencia Ministerial y que 2.500 personas habían asistido a un "aprendizaje" para ONGs durante el fin de semana, del que surgió una Declaración de la Sociedad Civil de Seattle, firmada por más de 2.000 grupos. La Declaración pedía que se evaluara, corrigiera y reformara la OMC. Explicó que eso implicaba hacer una evaluación de los problemas de aplicación (de los acuerdos) emergentes de la Ronda Uruguay, una corrección o enmienda de los acuerdos existentes y una reforma del sistema de toma de decisiones y de participación de los países en desarrollo. Los acuerdos de la OMC así como los de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPs, por su sigla en inglés) y las Medidas de Inversión Relacionadas con el Comercio (TRIMs) deben ser evaluadas por sus impactos en el desarrollo, en las formas de vida y en el ambiente.

Reiteró el apoyo de la sociedad civil a la posición del Grupo Africano contra la patente de formas vivas y sus propósitos de enmendar el Artículo 27.3 (b) del Acuerdo sobre TRIPs. Khor pidió a Barshefsky mantener su promesa de hacer más transparente la OMC asegurando que no se repetiría la experiencia de la Conferencia Ministerial de Singapur de 1996, donde la mayoría de los ministros no fueron invitados a las reuniones de un pequeño grupo que negoció las partes claves del texto. Le pidió también que garantizara que no habría reuniones de "sala verde" en Seattle. Añadió que las ONG no querían una nueva ronda ya que los temas nuevos propuestos iban en contra de los intereses de los países en desarrollo y empeorarían el desequilibrio actual.

Refiriéndose a algunos de los oradores, Khor calificó de "fraude" que los países desarrollados dijeran estar interesados en una "ronda del desarrollo" para el bien de los países del Sur. Señaló que los temas nuevos que proponían tendrían graves efectos sobre el desarrollo, que no habían mantenido sus promesas de aumentar el acceso a los mercados en los sectores textiles y agricultura, que continuaba el abuso de medidas antidumping y que se habían opuesto a los pedidos de los países en desarrollo de ampliar el periodo de transición de los Acuerdos sobre TRIMs y TRIPs. Las ONG y los gobiernos de los países en desarrollo habían analizado los efectos potenciales de diversos acuerdos y habían concluido que podrían provocar una desarticulación social y económica.

En Seattle, los ministros podrían tomar en serio esas preocupaciones y tener la oportunidad de hacer algo al respecto. Así, concluyó, no debería haber una ronda nueva con temas nuevos, y en su lugar pidió a Estados Unidos y a la Unión Europea que se unieran a los países en desarrollo y a las ONG para "cambiar" la OMC, es decir revisar las normas y el sistema de la OMC y hacerlos más apropiados para el desarrollo.

Falta de diálogo real

Maude Barlow, presidenta del poderoso Consejo de Canadienses, la mayor organización de defensa pública de Canadá, con 100.000 afiliados, expresó su preocupación de que en Seattle no hubiera un diálogo real con las ONG. Se opuso a profundizar la liberalización de los servicios sociales tales como salud y educación, cuya liberalización ya está provocando graves problemas sociales.

Varios participantes que hicieron uso de la palabra también rechazaron el Acuerdo sobre TRIPs. Christian Friis Bach, de la Asociación para la Cooperación Internacional, de Dinamarca, dijo que los TRIP debían ser redimensionados ya que era un acuerdo que atentaba contra los pobres, el libre comercio y el desarrollo. Agregó que los países ricos se hicieron ricos sin tener leyes estrictas en materia de patentes. Es más, la mejor manera de facilitar la transferencia de tecnología en los países en desarrollo es a través de normas de patente laxas.

Médicos sin Fronteras manifestó que sus pacientes morían por no poder acceder a los medicamentos debido a los altos precios, consecuencia de la protección de las patentes. La OMC debería establecer un grupo que analizara los efectos de los derechos de propiedad intelectual y el Acuerdo sobre TRIPs en el acceso de los países en desarrollo y los sectores pobres a los medicamentos.

Yash Tandon, de SEATINI (Zimbabwe), hablando como panelista, dijo que la OMC estaba siendo manipulada por un puñado de potencias en función de sus propios intereses, y que era una organización totalmente hipócrita y carente de transparencia. Pidió a los gobiernos del Sur que no hipotecaran los derechos de su pueblo (aceptando temas nuevos).

Muthoni Muriu, de ENDA (Senegal), dijo que estaba muy desconforme con el simposio ya que parecía un intento de dar una imagen de transparencia en la OMC. Rechazó la idea de una nueva ronda por considerar que desviaría la atención de la necesidad de resolver problemas de aplicación y revertir los desequilibrios de los acuerdos existentes. Refirió que su tía y su prima habían muerto recientemente de lupus y tuberculosis, por lo que vivía en carne propia las consecuencias de los TRIPs sobre la gente pobre, impidiéndoles acceder a los medicamentos.

Un representante de Greenpeace también criticó al simposio por considerar que no se trataba de un diálogo real con las ONG. Advirtió a los países en desarrollo que no se dejaran influir por las propuestas de Estados Unidos y Canadá, de establecer un grupo de trabajo de la OMC sobre biotecnología. En caso de aceptarlas, esas propuestas socavarían el Protocolo de Bioseguridad del Convenio sobre Biodiversidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Un representante de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones de Bibliotecas dijo que le preocupaba que la información se convirtiera en mercancía por la presión de la OMC, y exhortó a que se escucharan las voces de los ciudadanos. También manifestó su preocupación de que los cambios propuestos al Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios sometería a las bibliotecas a la competencia extranjera y que también provocaría la privatización de las bibliotecas.

Cecilia Oh es investigadora de la Red del Tercer Mundo.


 

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