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Países pobres menos adelantados
Programa de alivio de la deuda no solucionará los problemas para siempre Un
informe preparado por la rama investigadora del Congreso de Estados
Unidos señala algunos obstáculos graves a la iniciativa de alivio de
la deuda para los países pobres menos adelantados y explica por qué
esas débiles economías receptoras podrían seguir oprimidas bajo el
peso de sus deudas. Por Chakravarthi Raghavan La
Oficina de Contaduría General, organismo de investigación del Congreso
de Estados Unidos, declaró que hay pocas posibilidades de que la
Iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy
endeudados (PPME) signifique una solución definitiva para los problemas
de dichas naciones, a menos que logren un crecimiento económico
importante y puedan mantenerlo. El
informe de la Oficina, “Países en desarrollo – Problemas de la
iniciativa para la reducción de la deuda para países pobres”
(GAO/NSIAD-00-161, en www.gao.gov), no recomienda explícitamente la
adopción de ninguna política en particular, dada la extrema politización
del tema en cuestión. Sin embargo, discute las posibilidades de que la
gestión, dirigida a los países pobres, sea una verdadera fuente de
recursos para reducir la pobreza, trata también sobre la relación que
existe entre reducción de la deuda y reducción de la pobreza y, además,
sobre los problemas de financiar esta gestión. El tormento continuo de la deuda Según
el informe, hay pocas probabilidades de que esta iniciativa brinde una
salida definitiva a los países pobres, a menos que logren un
crecimiento económico importante y sostenido. Esta
conclusión se basa en la presunción de que los países, luego de
recibir la ayuda para el pago de la deuda, seguirán pidiendo créditos
igual que antes de dicha gestión, y destinarán esos recursos a
programas de reducción de la pobreza. El Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) suponen que, en el futuro, el crecimiento
económico y las solicitudes de préstamos cumplirán con lo previsto,
es decir, se mantendrán iguales que hasta ahora. En tal caso, el
incremento de los gastos del gobierno para reducir la pobreza será
equivalente a la reducción de pagos que implica la iniciativa de la
deuda. Sin
embargo, continuar con el modelo actual de crédito implica en el
futuro, un aumento de la deuda. Los países sólo podrán pagar a sus
acreedores si logran un crecimiento económico vigoroso. El
informe indica que el Banco Mundial y el FMI podrían ser demasiado
optimistas en sus proyecciones de crecimiento para los países pobres,
dada su extremada vulnerabilidad a impactos externos tales como la
volatilidad de precios de los productos básicos. Por ejemplo: ambos
organismos internacionales prevén un incremento de al menos 9,1 por
ciento anual, durante unos 20 años, para las ganancias procedentes de
exportaciones en Honduras, Nicaragua, Tanzania y Uganda. Mantener ese
nivel de crecimiento durante tantos años puede resultar difícil, según
el informe de la Oficina de Estados Unidos. Y si no se puede lograr, se
reducirán los ingresos por exportaciones, lo cual puede tener varias
consecuencias graves. Una posibilidad es que los países necesiten más
créditos para pagar los anteriores, o que pidan una mayor cancelación
de la deuda, o incluso que se empiecen a atrasar y acumulen intereses. Otra
posibilidad es ajustarse al total más bajo de ingresos procedentes de
las exportaciones reduciendo las importaciones, disminuyendo el gasto público
o aumentando impuestos y aranceles (o incluso, combinar estas medidas).
Sin embargo, acciones como éstas significarían muy probablemente una
reducción del crecimiento económico, lo cual llevaría a una disminución
del gasto para la reducción de la pobreza. La
red de organizaciones no gubernamentales europeas Eurodad, que trabaja
con problemas originados por la deuda, señaló que el análisis de la
Oficina estadounidense no es ni novedoso ni controvertido pero sirve
para dirigir el interés público a un tema que hasta ahora ha recibido
escasa atención, y es que los países muy endeudados sólo podrán
“liberar” recursos para reducir la pobreza si siguen pidiendo el
mismo volumen de crédito que la reducción de la deuda otorgado en la
iniciativa mencionada. Por lo tanto, no podrán dedicarse a la lucha
contra la indigencia. Según
Eurodad, los cuatro factores determinantes de lo que sería el
“dividendo de la pobreza”, procedente de la Iniciativa para la
reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados, son: el
monto acordado para reducción de la deuda, el futuro crecimiento económico,
la cantidad de créditos que pedirán y las políticas que adoptará el
gobierno (por ejemplo, el gasto en reducción de la pobreza). Pero,
si el crecimiento económico no se mantiene en los altos niveles
previstos (las últimas proyecciones del impacto económico que ha
tenido el sida en Africa puede ser una de las numerosas razones para
esto), habrá menos ingresos para el pago futuro de la deuda, apuntan
los autores del informe de la Oficina General de Contaduría. Eurodad
comentó que una opción es incrementar la tasa de préstamos en el
futuro. Otra es mantener los mismos niveles crediticios, pero cortando
el gasto en reducción de la pobreza y otros programas de gobierno, o
aumentar los impuestos. “La
conclusión que no figura en la primera sección del informe es mayor
reducción de la deuda”, sentencia Eurodad. Si se cancelara la mayor
parte de lo adeudado por los países pobres, estos podrán invertir una
porción mayor de su futuro crecimiento económico en reducir la pobreza
o en evitar solicitar más créditos. Reducción de la pobreza En
cuanto al vínculo existente entre reducción de la deuda y reducción
de la pobreza, la conclusión del informe de la Oficina es más simple,
ya que en esa área hay que lidiar con menos variables económicas. Se
necesitan varias cosas para reducir la pobreza, dada su altísima
incidencia y la cantidad y diversidad de sus causas. Para tener éxito,
es necesario aplicar una estrategia que contemple varios puntos: buenas
políticas económicas, buena gobernabilidad, participación, medidas
que apunten a causas específicas de la pobreza y otros asuntos por el
estilo. Por
lo tanto, preparar una estrategia de este tipo consume tiempo y muchos
recursos. Ese es el motivo de las tensiones entre quienes se toman todo
el tiempo que lleva preparar un Informe sobre Estrategias de Reducción
de la Pobreza y quienes desean solucionar rápidamente el problema. El
informe resume algunos argumentos de ambas partes, pero su conclusión
es que, mientras la iniciativa de ayuda a los países pobres vincule la
reducción de la deuda con la preparación de una estrategia en lo
previo, seguirán existiendo rispideces. Así, el informe termina
apoyando a quienes cuestionan esta relación. En
cuanto a los problemas de financiación de la iniciativa, el informe de
la Oficina indica que varios acreedores multilaterales y otros más
pequeños tienen problemas con la entrega de su contribución. Los más
grandes son clave para el éxito de la gestión, pero ellos también
tienen dificultades para entregar dinero extra, aparte de la ayuda
prestada multilateralmente. Estas
dificultades, concluye el informe de la Oficina de Contaduría General,
podrían hacer fracasar la iniciativa, ya que se supone que la reducción
de la deuda sea una donación separada de otros tipos de asistencia para
el desarrollo. |