|
Cumbre SocialBuenas
intenciones, si;
lo que falta es voluntad política
Más allá de las buenas intenciones, la Cumbre Social de
la ONU no produjo resultados espectaculares en torno a
los tres temas de su convocatoria: la pobreza, el empleo
y la integración social, ni siquiera metas mensurables
en plazos definidos, ya que será cada gobierno el que
deba formular su propia estrategia de desarrollo social.
por Roberto Bissio (*)
En el camino al Bella Center, en las afueras de
Copenhague, donde 120 jefes de Estado y de gobierno de
todo el mundo se reunieron a comienzos de marzo, un
taxista (que cobraría por el servicio más de lo que
gana en un mes la mayoría de los habitantes del planeta)
pregunta para qué llegaban tantos dignatarios.
- Para reducir el desempleo y la pobreza.
- Aquí en Dinamarca?
- No. En todo el mundo.
- Entiendo. Quiere decir que les van a dar más ayuda?
- No, en realidad la ayuda es cada vez menos.
- Y entonces cómo van a hacer?
La pregunta es sencilla, pero el estudio de los diez
compromisos que surgieron de la Cumbre Mundial para el
Desarrollo Social, los cinco capítulos del Programa de
Acción y las decenas de documentos y centenares de
discursos no produce respuestas fáciles. Más allá de
las buenas intenciones, la Cumbre no produjo resultados
espectaculares en torno a los tres temas de su
convocatoria: la pobreza, el empleo y la integración
social, ni siquiera metas mensurables en plazos
definidos, ya que será cada gobierno el que deba
formular su propia estrategia de desarrollo social. La
inadecuación del documento a la urgencia de los
problemas planteados llevó a muchas Organizaciones No
Gubernamentales presentes en Copenhague a expresar en
forma abierta su frustración.
No obstante, dado el clima ideológico y político
imperante en la mayoría de los países industrializados,
ya podría considerarse como un primer logro de la Cumbre
Social el mero hecho de que ésta haya tenido lugar y
diera inicio a un debate abierto en el ámbito de las
Naciones Unidas sobre temas clave de la economía
internacional como el de la deuda externa, el ajuste
estructural y el comercio.
Desde el fracaso de la mini-cumbre Norte-Sur de
Cancún, en 1982, estos temas sólo se discutían en los
ámbitos cerrados y no democráticos de las instituciones
de Bretton Woods o en el seno del Grupo de los Siete. En
estos 13 años las economías de los países ricos y
pobres sufrieron un ajuste que elevó la pobreza en los
Estados Unidos del 9 al 16 por ciento de la población,
aumentó el desempleo en Europa a niveles inauditos y
tuvo efectos devastadores sobre las mayorías del Tercer
Mundo, en especial las mujeres y los niños, sobre el
medio ambiente y sobre la estabilidad de las democracias
emergentes. En nombre de la competitividad, la lógica de
la globalización enfrenta a los trabajadores de una
nación contra los de otra y somete a todos a la
disyuntiva de elegir entre el desempleo o la reducción
de sus retribuciones.
Las deliberaciones de la cumbre comenzaron
extraoficialmente en Oaxaca, México, durante la
Conferencia Mundial sobre Desarrollo Social y Pobreza, en
setiembre de 1993, en la que el Banco Mundial promovió
modelos de "redes de seguridad" que
protegerían a los pobres en esa etapa de transición a
la riqueza. América Latina ha visto en el último año
cómo estallaron dramáticos conflictos sociales en las
áreas donde más se invirtió en estas redes, y cómo en
las últimas semanas se evaporaban en segundos las
reservas acumuladas en una década de sacrificios,
succionadas por la aspiradora de la especulación
financiera internacional. Las riquezas naturales son
hipotecadas para tranquilizar mercados en pánico y, como
en el juego del "monopolio", los pobres son
enviados atrás al primer casillero, a volver a apretarse
el cinturón, esta vez sin esperanzas de una pronta
recuperación.
Mientras se desarrollaba la Cumbre la atención de la
prensa se dirigía a cómo un sólo especulador en
Singapur pudo hacer desaparecer mil millones de dólares
apretando un par de teclas de su computadora y arruinar
un banco prestigioso en segundos. Un centenar de
especuladores debilitan la moneda del país más poderoso
del mundo. Ello puso en el orden del día la necesidad de
establecer mecanismos reguladores de la especulación
financiera y generadores de recursos para el desarrollo
social como el "Tobin tax", sobre el que la
cumbre no tomó resolución, pero sirvió de foro para
iniciar el debate de lo que podría convertirse en el
primer impuesto global.
Comparada con esta inestabilidad en las finanzas
globales, los probables perjuicios que sufrirían las
Instituciones Financieras Internacionales al cancelar la
deuda multilateral de Africa son insignificantes. No
obstante también aquí faltó voluntad política. Las
intervenciones de emergencia ante las crisis que vendrán
le costarán mucho más caro a las Naciones Unidas y a
los países donantes que las medidas preventivas que
mañana podrían comenzar a decidir los jefes de Estado.
Todas las alarmas de los sistemas de alerta están
sonando pero son ignoradas por la sordera de un puñado
de países que no quieren oírlas.
(*) Roberto Bissio asistió a las reuniones preparatorias
y a la Cumbre Social de Copenhague en representación de
la Red del Tercer Mundo, presidió el Comité de
Desarrollo formado por las ONGs que participaron en ese
proceso e intervino en nombre de éstas en la sesión
plenaria de la conferencia gubernamental.
Los 10 compromisos "Sobre la base de nuestra búsqueda
común del desarrollo social, que tiene por
objetivo la justicia social, la solidaridad, la
armonía y la igualdad dentro de los países y
entre ellos, [...] iniciamos una campaña mundial
en pro del progreso y del desarrollo sociales,
que se expresa en los compromisos siguientes:
1) Nos comprometemos a crear un
entorno económico, político, social, cultural y
jurídico favorable, que permita a la gente
lograr el desarrollo social.
2) Nos comprometemos, como
imperativo ético, social, político y económico
de la humanidad, a lograr el objetivo de
erradicar la pobreza en el mundo mediante una
acción nacional enérgica y la cooperación
internacional.
3) Nos comprometemos a promover
el objetivo del pleno empleo como prioridad
básica de nuestras políticas económicas y
sociales y a preparar a todas las mujeres y
hombres para conseguir medios de vida seguros y
sostenibles mediante el trabajo y el empleo
productivos elegidos libremente.
4) Nos comprometemos a promover
la integración social fomentando sociedades
estables, seguras y justas y basadas en la
promoción y protección de todos los derechos
humanos, así como en la no discriminación, la
tolerancia, el respeto de la diversidad, la
igualdad de oportunidad, la solidaridad, la
seguridad y la participación de todas las
personas, incluidos los grupos y las personas
desfavorecidos y vulnerables.
5) Nos comprometemos a promover
el pleno respeto de la dignidad humana y a lograr
la igualdad y la equidad entre hombres y mujeres
y a reconocer y aumentar la participación y la
función directiva de la mujer en la vida
política, civil, económica, social y cultural y
en el desarrollo.
6) Nos comprometemos a promover
y alcanzar las metas de acceso equitativo a
educación de calidad, el mayor nivel posible de
salud física y mental y el acceso de todos a la
atención primaria de salud, haciendo particular
esfuerzo por rectificar inegualdades relativas a
las condiciones sociales y sin distinción de
raza, origen nacional, género, edad o
discapacidad; respetando y promoviendo nuestras
culturas comunes y particulares, esforzándonos
por fortalecer el papel de la cultura en el
desarrollo, preservando las bases esenciales del
desarrollo sustentable basado en la gente y
contribuyendo al pleno desarrollo de los recursos
humanos y al desarrollo social. El propósito de
estas actividades es erradicar la pobreza,
promover el empleo pleno y productivo y la
integración social.
7) Nos comprometemos a acelerar
el desarrollo económico, social y humano de
Africa y de los países menos adelantados.
8) Nos comprometemos a velar
por que los programas de ajuste estructural que
se acuerden incluyan objetivos de desarrollo
social, en particular, la erradicación de la
pobreza, la generación de empleo pleno y
productivo y la promoción de la integración
social.
9) Nos comprometemos a aumentar
sustancialmente o a utilizar con mayor eficacia
los recursos asignados al desarrollo social con
objeto de alcanzar los objetivos de la Cumbre
mediante la acción nacional y la cooperación
regional e internacional.
10) Nos comprometemos a mejorar
y fortalecer con espíritu de coparticipación,
el marco de la cooperación internacional,
regional y subregional para el desarrollo social
por medio de las Naciones Unidas y de otras
instituciones multilaterales".
|
|