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Japón Temor por inestabilidad
La razón principal del dramático hundimiento, registrado en el primer día del nuevo año fiscal de Japón, fue la astronómica valorización del yen. La moneda japonesa alcanzó la marca de 85,5 unidades por cada dólar estadounidense, en comparación con la paridad de 100 unidades registrada a comienzos de 1995. Shoichiro Toyoda, dirigente de Keidanren, el mayor grupo empresarial de Japón, declaró que la economía japonesa se encuentra actualmente en "una situación muy delicada" y previno que la crisis financiera podría perjudicar a las firmas del país dependientes de las exportaciones. El día siguiente, el yen permaneció a 85,5 por dólar, un mínimo histórico desde la Segunda Guerra Mundial. El encumbramiento del yen no parece incidir significativamente en la balanza comercial de Japón, pero en cambio ocasiona grandes pérdidas a las empresas exportadoras. Por ejemplo, el gigante automovilístico Toyota pierde 1.000 millones de dólares cada vez que el yen se revaloriza en una unidad por dólar. Los analistas señalaron que la crisis financiera de México, la quiebra del banco británico Barings y la caída del dólar estadounidense han demostrado que las turbulencias de los mercados financieros pueden trastornar inclusive a las economías de los países más ricos del mundo. El Grupo de los Siete (G-7) países industrializados, que sostendrá su cumbre anual en junio próximo, confía en encontrar las fórmulas que permitan fortalecer las instituciones financieras para que afronten en el futuro crisis eventuales semejantes a la de México. Expertos financieros previnieron que Japón debe adoptar medidas severas si pretende estabilizar su moneda e infundir confianza a largo plazo en sus mercados de capitales. "Japón se rehusa a reconocer que un yen fuerte es un problema real que lo ha colocado en aprietos", dijo Richard Cool, un analista del Instituto de Investigaciones Nomura de Tokio. La percepción general en Japón es de que la actual turbulencia en el mercado de cambios se relaciona con el déficit de presupuesto de Estados Unidos y con una disminución del ritmo de crecimiento de la economía norteamericana. "El gobierno de Estados Unidos no está haciendo nada para detener la caída del dólar. Hasta que no veamos una acción definitiva de Washington, nada podremos hacer", comentó un funcionario del Banco Sanwa. A pesar de esas opiniones, los analistas financieros creen que el gobierno de Tokio tendrá que responder a las demandas de los inversionistas que reclaman decisiones inmediatas. Se esperaba que el Banco de Japón redujera la tasa oficial de descuento en un esfuerzo último por detener la valorización de la moneda japonesa en relación al dólar. El Banco de Japón había descartado anteriormente la reducción de la tasa de descuento, que equivale al interés por sus préstamos al sistema bancario, y continuó comprando dólares en un intento por revertir la tendencia vigente. Funcionarios del banco explicaron que antes de tomar nuevas medidas esperaban observar el efecto que causaría la reducción de la tasa de descuento, anunciada a un nivel récord de 1,75%. Cool observó que el lento crecimiento de la economía japonesa durante los últimos años no constituye el mejor ambiente para la reducción de las tasas de interés. "La situación actual no es comparable a la de los años 80 cuando los inversionistas japoneses se beneficiaron con las altas tasas de interés ofrecidas en los mercados internacionales. En los 90, no existen tasas similares, lo que implica que las tasas oficiales de descuento no tendrán influencia a largo plazo", dijo Cool. Los expertos pronostican que la paridad cambiaria continuará oscilando este año entre 80 y 90 yens por dólar. En consecuencia, se espera que el mercado permanezca pesado, a menos que Japón adopte medidas para enfrentar los problemas fundamentales de su economía. Los analistas sostienen que el gobierno debe aumentar el gasto en obras públicas, tomar medidas para asegurar que su anunciado proceso de desregulación se ejecute y disminuir su actual superávit financiero. Los empresarios japoneses han criticado el programa de cinco años de desregulación anunciado en abril por el gobierno. "No creo que responda a las exigencias internas y externas de Japón", dijo Toyoda del grupo Keindaren. Las compañías intermediarias han acusado al Ministerio de Finanzas de bloquear las innovaciones en las orientaciones de la cartera y de imponer medidas restrictivas. Chris Calderwood, de la firma británica de corredores BZW, dijo que las políticas japonesas en ejecución son lentas en comparación con otros paises desarrollados. "Tokio debe adoptar decisiones para eliminar las regulaciones proteccionistas y estimular los mercados de valores y el conjunto de la economía", sostuvo. Otros expertos puntualizaron que la resistencia a las desregulaciones han impedido la globalización del sector bursátil. "Sólo el mercado de las exportaciones de Japón ha sido globalizado", indicó Cool. El experto observó que un yen fuerte favorece a las economías asiáticas porque impulsará las inversiones japonesas y aumentará las exportaciones hacia Japón. Pero países como Tailandia, Filipinas e Indonesia, que han contraído cuantiosos préstamos en yen con bancos japoneses, se muestran alarmados porque sus obligaciones aumentan a medida que el yen se fortalece. Fuente: SUNS/IPS
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