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Un "humillante" crédito del FMI


Para "ayudar a estabilizar" la economía de Rusia, el FMI aprobó un préstamo de 6.800 millones de dólares -que exige un control mensual sobre las decisiones de Moscú para liberar las cuotas- y puede ser el preámbulo de nuevas conmociones para los ciudadanos rusos.

 

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó en abril último un préstamo largamente esperado de 6.800 millones de dólares para ayudar a estabilizar la economía de Rusia.

Si bien Boris Yeltsin tal vez celebre este último apoyo internacional a su política económica, el préstamo puede ser el preámbulo de una nueva conmoción para algunos empresarios y ciudadanos rusos.

Pero la aprobación del préstamo ocurre en un momento en que los informes publicados aquí dan a entender que la economía rusa tal vez finalmente esté repuntando. A comienzos de abril, el Washington Post publicó un artículo en primera página titulado "La economía rusa se levanta de las ruinas".

El acuerdo de derechos de giro promete dar una inyección de capital a la economía rusa -que lo necesita enormemente- y preparar el camino para una reprogramación de la deuda externa del país, que asciende a 120.000 millones de dólares.

A cambio, Rusia prometió reducir aún más el gasto público, eliminar nuevos subsidios concedidos a las empresas que fueron del estado, permitir mayores importaciones y aumentar los impuestos.

Una condición humillante

El FMI también agregó una condición sin precedentes según la cual el personal de la institución financiera hará evaluaciones mensuales del estado del programa de reformas de Moscú antes de desembolsar las cuotas del préstamo.

"Una vez por mes se discutirá el cumplimiento del programa con el personal del FMI y será evaluado por el directorio ejecutivo del FMI, como la forma más ágil de indicar el progreso realizado y establecer si Rusia está habilitada a retirar el crédito de derechos de giro," indicó una declaración de la institución financiera. Normalmente, ese tipo de evaluaciones se hacen cada tres meses. Los funcionarios rusos calificaron la condición impuesta de "humillante".

Pero Moscú necesita enormemente la aprobación del FMI y los nuevos créditos que un acuerdo con el organismo harán posible. Su actual déficit fiscal ha estado aumentando, y las reservas apenas si cubren el valor de las importaciones de dos semanas.

Con los desembolsos mensuales del FMI de 500 millones de dólares, después de un pago inicial de 1.000 millones de dólares, se espera que las reservas aumenten como para cubrir el valor de las importaciones de dos meses. Estas, a su vez, se incrementarían por otros créditos bilaterales y multilaterales que el préstamo concedido permitiría destrabar.

Metas difíciles de cumplir

A pesar de la aprobación final, persisten dudas en la comunidad internacional en cuanto a la capacidad de Moscú de poner en práctica el nuevo programa que todos, incluido el FMI, coinciden en que es "osado y ambicioso".

Una meta que podría ser particularmente difícil de alcanzar es la reducción de la tasa mensual de inflación, de 11% en febrero a 1% para la segunda mitad de 1995. Otra es la reducción real del gasto en un 15%, ante empresas costosas como el conflicto que tiene lugar en Chechenia.

Se cree que la guerra de Chechenia, desde diciembre, ha costado a las arcas rusas por lo menos 1.000 millones de dólares, de los cuales no aparece ni un solo centavo en el presupuesto oficial.

Las presiones de los grupos sociales y empresas que han sido duramente perjudicados por la transición de Rusia hacia una economía orientada al mercado también pueden ser difíciles de resistir, particularmente en la medida que se acercan las elecciones parlamentarias de diciembre.

Si bien la mayoría de las medidas del nuevo programa han sido firmadas por Yeltsin como decretos -a veces incluso con el apoyo del parlamento-, muchos cuestionan la capacidad de su gobierno de ajustarse al plan. El camino recorrido no es muy alentador.

Camdessus: un "momento crucial"

En julio del año pasado, por ejemplo, el gobierno eliminó las cuotas de exportación -una medida reclamada desde hacía tiempo por el FMI y el Banco Mundial- ... pero para reimplantarlas al día siguiente. Ese tipo de vaivenes tan bruscos de la política es precisamente lo que el Fondo espera evitar con las evaluaciones mensuales.

A pesar de los temores, el FMI está entusiasmado con las perspectivas del programa. En una declaración divulgada poco después de la aprobación del préstamo, el Director Gerente del FMI, Michel Camdessus, lo describió como "un programa sólido que, de aplicarse cabalmente, logrará la estabilización macroeconómica y acelerará la reforma estructural de Rusia...

"Dada la fuerza del programa y el férreo compromiso con el mismo del gobierno, creo que Rusia está cerca de un momento crucial para resolver sus dificultades económicas," expresó Camdessus.


 

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