Desarrollo | |
OCDE Fuertes efectos de la
reducción
Los miembros del CAD manifestaron asimismo su preocupación por los problemas internos y las presiones presupuestarias en algunos países que podrían hacer peligrar, en un momento crítico, el esfuerzo de la cooperación internacional para el desarrollo. La asistencia para el desarrollo proveniente de la OCDE representa el 90% del total mundial, lo que implica más de 50.000 millones de dólares por año, y se exhorta a los miembros a que la continúen. Según el presidente del CAD, James Michel, las estimaciones preliminares indican una disminución general en desembolsos netos de ayuda en 1994. No obstante, se estima que la caída no será tan abrupta como la experimentada en 1993. Un informe del CAD dado a conocer en febrero, demostró que los desembolsos netos de la ayuda oficial para el desarrollo cayeron de 61.000 millones de dólares en 1992 a 56.000 millones en 1993. La dimensión de la disminución de la ayuda fue "inesperada", declaró Michel en esa oportunidad. "Enormes avances" El CAD señaló que los países en desarrollo, particularmente los de Asia y América Latina, alcanzaron las tasas de crecimiento económico más altas de los últimos treinta años. También se estima que en 1996 seis países saldrán de la lista de beneficiarios de ayuda del CAD: Bahamas, Brunei, Kuwait, Katar, Singapur y los Emiratos Arabes Unidos. Según sean los resultados de la evaluación prevista para 1996, Taiwan, Chipre, Hong Kong, Bermudas y las Islas Caimán también podrían ser eliminados de la lista. El informe del CAD da cuenta del "enorme avance" en la producción agrícola y el "fundamental progreso" en los intentos por lograr un abastecimiento adecuado de alimentos que conduzca a la eliminación del hambre en el sudeste asiático y China. Países razonablemente estables del Africa subsahariana también lograron dominar el problema de la sequía. Otro campo en el que hubo grandes avances fue en la eliminación de las enfermedades y el mejoramiento de las condiciones de salud; casi todos los países en desarrollo lograron reducir la mortalidad infantil y elevar la expectativa de vida. La inscripción en la escuela primaria y secundaria también aumentó, elevando el nivel de educación en todo el mundo. Otro índice positivo es la mayor cooperación Sur-Sur, y el surgimiento de nuevos interlocutores económicos que generan intercambio comercial y puestos de trabajo. Los países en desarrollo también se han convertido en mercados redituables para las exportaciones de la OCDE, que desde 1990 han aumentado un 50%. Si bien la expansión comercial y la transferencia de tecnología alentaron los rápidos progresos de varios países, que antes figuraban en la categoría de pobres, en cuanto al mejoramiento de sus niveles de vida, la cooperación para el desarrollo también ayudó. Los países en desarrollo son los responsables últimos de su propio avance económico y social, y sus ingresos, ahorro y entradas por impuestos son las fuentes de inversión más importantes. La cooperación para el desarrollo, no obstante, debe seguir ayudando y fortaleciendo las bases de aquellos esfuerzos de los países en desarrollo que han dado frutos, subrayó el CAD. La Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) sigue siendo vital para muchas inversiones esenciales en los países en desarrollo, en especial en los más pobres. Ahora no es el momento de abandonarlo todo, se señala. Invertir en la seguridad común "La asistencia para el desarrollo debe ser vista como una inversión en la seguridad común", dijo Bernard Wood, presidente de la División de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE. A pesar de las tendencias positivas de muchos países en desarrollo, otros muchos países y pueblos continúan excluidos del progreso. Más de 1.000 millones de personas todavía viven en extrema pobreza y hay buenas perspectivas de seguir avanzando en la reducción de la pobreza en los próximos años. Las estrategias para el éxito ahora son claras, y el CAD hizo un llamado a aplicar con energía las mejores prácticas para una ayuda efectiva: inversión en desarrollo social, en especial educación, atención primaria de la salud y actividades demográficas; participación popular, en especial de las mujeres, en la vida económica y política; buena gobernación, responsabilidad democrática, respeto de los derechos humanos y régimen legal. Otras estrategias serían la protección del medio ambiente y encarar las causas estructurales de los conflictos latentes, limitando los gastos militares y dirigiendo la reconstrucción y los esfuerzos de paz hacia una reconciliación y desarrollo a largo plazo. A principios de este año, el CAD había advertido que los conflictos armados y el desplazamiento de poblaciones conspiran contra los esfuerzos por lograr un desarrollo sustentable. Entre 1992 y 1993 se registraron aproximadamente 160 grandes conflictos, y la ayuda de emergencia aumentó de 300 millones en los 80 a 3.200 millones en 1993. Fuente: SUNS/IPS |