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PNUD Sin fondos, la ONU
"Con los niveles de financiación actual, es imposible que Naciones Unidas pueda hacer las cosas que se espera que haga", advirtió. "Si los gobiernos que tienen recursos no contribuyen, el mundo se encamina a una profundización de la crisis, y a una profundización del cinismo", expresó. Speth opinó que el problema se aplica tanto a las actividades de paz como a la asistencia para el desarrollo. Actualmente, el PNUD recibe un promedio de unos 1.000 millones de dólares por año en contribuciones voluntarias. Contribuciones estancadas Pero las contribuciones, expresó Speth, han permanecido estancadas a pesar del significativo aumento de la demanda de ayuda, en especial de los países menos adelantados, cuyo número casi se duplicó a 47 desde la década de los 70. "Naciones Unidas no puede permitir colocarse en una posición, -se trate de una actividad de mantenimiento de la paz con tropas insuficientes, o de asistencia para el desarrollo con apoyo insuficiente- en la que lo más seguro será el fracaso", advirtió Speth. Dijo también que las actividades de paz tienen un costo de unos 3.500 millones de dólares anuales, mientras que la asistencia para el desarrollo brindada colectivamente por todos los organismos de la ONU asciende a unos 5.000 millones de dólares. De éstos, cerca de 2.500 millones se dividen entre actividades de socorro para casos de emergencia y asistencia para el desarrollo a largo plazo. Desde el 15 de abril, los 185 estados miembros de Naciones Unidas mantienen una deuda con el organismo -en su mayoría por concepto de falta de pago o por mora- de unos 3.100 millones de dólares. De esta cifra, unos 1.100 millones de dólares se debían al presupuesto regular de la ONU y aproximadamente 2.000 millones al presupuesto de actividades de paz. El déficit del presupuesto para la paz obligó a la ONU, a su vez, a incumplir en sus pagos con los países que envían tropas para dichas actividades. Ante la pregunta de si Naciones Unidas eliminaría algunos de sus programas para resolver la crisis presupuestal, Speth expresó que primero debe recaudar más dinero, y luego reducir los gastos generales. "Queremos un funcionamiento más ajustado y más austero", dijo Speth, "y vamos en esa dirección". Reducciones y austeridad Speth se mostró asimismo muy preocupado porque los gobiernos no dan recursos para apoyar los compromisos asumidos en varias conferencias de ONU. A principios de mayo, Joseph E. Connor, subsecretario general de Administración y Gestión, también exhortó a tener una ONU "más austera y mejor" que se deshaga de todo aquello del sistema que no sirva. La Secretaría, declaró a los periodistas, planea reducir su presupuesto bienal 1996-1997 en 109 millones de dólares, una reducción del 2,4% con respecto al bienio anterior, y también planea una reducción neta de unos 109 puestos el año próximo. El objetivo final, expresó, es una reducción del 10% en el personal, que cuenta con 10.000 trabajadores. Si bien hay "muchísima gente que trabaja con ahínco" en la Organización, Connor expresó que era necesario distinguir entre "lo mejor y lo menos mejor". La recurrente crisis financiera, expresó, exigió mucha osadía en términos de política y constantes malabarismos, lo que dio lugar a una administración financiera precaria. "En muchos casos condujo a una situación en la cual la Secretaría simplemente no pudo realizar todas las tareas que los estados miembros le exigían". Citando el ejemplo de la incapacidad de la ONU para financiar hace un año 5.500 efectivos en Rwanda "cuando hubiera sido el momento oportuno", Connor pronosticó que la ONU tendrá "cambios monumentales". Agregó que la reciente computarización del organismo mundial hará que se necesiten menos personas para el desempeño de las tareas. "No podemos invertir en tecnología nueva y luego ignorar las consecuencias de lo que eso significa en términos de personal", declaró, agregando que tendrá que haber reducción de personal. Fuente: SUNS/IPS |