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Alexandre Rands Barros Aumento del
salario real
El académico brasileño señala que la mayoría de los modelos de crecimiento reconocen la repercusión del aumento de la productividad sobre el salario real y también que la determinación de éste por la productividad marginal de la mano de obra asegura que la introducción del avance tecnológico -que aumenta la productividad- se refleje en el salario real. Pero ese tipo de modelos no reconocen la posibilidad de que el salario real pueda también afectar la absorción de las tecnologías y por consiguiente la productividad del trabajo. Las hipótesis de la compensación del mercado laboral y la característica convexa de las funciones de producción excluyen esa posibilidad. Investigación tecnológica, fuente endógena de crecimiento En la teoría económica neoclásica, un cambio positivo del salario real debería ir acompañado de un aumento del desempleo, a menos que exista una reducción de la mano de obra disponible. Así, un cambio autónomo del salario real tendría consecuencias negativas sobre el PIB, que sólo se compensarían una vez que el salario real retomara su nivel de equilibrio. Sólo si el cambio autónomo original del salario real es permanente tendrá un efecto también permanente sobre el nivel de ingreso per cápita. Pero la última evolución de la teoría del crecimiento, dice Barros, introdujo la idea de que las "no convexidades" también desempeñan un papel importante en el crecimiento económico. Por otro lado, según Barros, dichas "no convexidades" podrían surgir de las externalidades de ciertas actividades -tales como la acumulación de capital humano y la investigación tecnológica- y permitirían la endogenización de las fuentes de crecimiento económico y producción per cápita. De esa manera, contribuirían a superar una de las principales limitaciones de los modelos de crecimiento tipo Solow, en los cuales el avance tecnológico es exógeno y no es inducido por la acumulación de capital. Barros analiza el impacto de un cambio autónomo del salario real sobre el nivel del PIB per cápita, utilizando versiones modificadas de modelos de crecimiento endógeno clásicos y la dinámica de ajuste del modelo a su sendero de equilibrio. Los modelos de crecimiento normalmente no incluyen el ajuste lento del salario real, aun cuando en análisis macroeconómicos de más corto plazo se reconoce que es un hecho económico importante. El salario real y la demanda Contrariamente a lo que sostienen los economistas neoclásicos, los estructuralistas argumentan que los cambios autónomos positivos del salario real pueden tener consecuencias positivas en el PIB per cápita, enfatizando el posible papel que podría desempeñar el aumento del salario real en la demanda. Cuando en el crecimiento económico hay restricción de la demanda, los estructuralistas aducen que un aumento de la demanda podría también aumentar en forma permanente el PIB per cápita, dado que existe una tendencia mayor a ahorrar de las ganancias o el interés que de los salarios. El documento de Barros llega a una conclusión similar, si bien la fuente de una repercusión potencialmente positiva del salario real sobre el PIB per cápita se ubica en el incentivo a la investigación como consecuencia del aumento del salario. "La rigidez del salario real", dice Barros, "asegura durante cierto tiempo, después de un cambio autónomo, la permanencia de salarios altos, forzando así que se destinen algunos recursos al sector de la investigación, el cual aumenta el equilibrio de la productividad". Cambios autónomos del salario real Los modelos de crecimiento no toman en cuenta la posibilidad de cambios autónomos del salario real, observa, si bien los modelos de mercado laboral normalmente incorporan la posibilidad de cambios autónomos tanto en la oferta como en la demanda laboral. Los cambios autónomos de demanda se originan en las alteraciones de la productividad como resultado de cambios en la función de la producción. Pero las alteraciones de la oferta tienen su origen en los cambios de las preferencias de los trabajadores. Los cambios del salario provocados por la movilización sindical a veces adquieren la forma de cambios de la oferta laboral, que también incorporaría cambios de la idea que se tiene sobre qué es un salario justo. El documento de Barros se concentra en los cambios autónomos del salario real, desde la movilización sindical hasta cambios en el concepto de salario justo. Barros analiza algunos modelos existentes y el que utilizó, y ciertos hechos empíricos que apoyan su hipótesis sobre el efecto del aumento del salario real en la productividad. Su conclusión principal descansa en la noción de que toda vez que el salario real aumenta exógenamente, no hay un aumento exógeno paralelo de las ganancias del capital humano que pudiera hacer retroceder el desempleo del capital humano. De lo contrario, cualquier caída de la productividad marginal del capital humano en el sector de la producción final no necesariamente implicaría un aumento del empleo en el sector de la investigación. Así, una noción importante es la del empleo total del capital humano o de que su desempleo potencial no sigue al desempleo de la mano de obra de forma tal que evita un aumento de la cantidad de capital humano empleado en la investigación. Otra noción es que el sector de la investigación hace un uso menos intensivo de mano de obra que el sector de la producción final. Otras hipótesis utilizadas son que los trabajadores no ahorran y no afectan la vía del equilibrio balanceado del modelo en la medida en que los capitalistas se comporten como agentes racionales. Efecto positivo en PIB per cápita Pero las hipótesis del documento acerca del ajuste demorado del salario real llevan a la conclusión de que los cambios autónomos positivos del salario real -que podrían ser causados por reclamos sindicales o cambios en la noción del salario justo- tienen un efecto positivo y permanente sobre el PIB per cápita, ya que hay un incentivo extra para promover los cambios técnicos a un ritmo acelerado. Así, una política a largo plazo de aumento del salario real sería un instrumento de promoción del desarrollo, argumenta Barros. "Esa estrategia dirigiría los recursos internos a actividades que promoverían cambios técnicos y por consiguiente aumentarían los ingresos de capital a largo plazo. De igual manera, las políticas que provocan la caída del salario real, tales como ciertos programas de ajuste aplicados con el apoyo del FMI, tendrían un impacto negativo en el crecimiento de la productividad de la economía y su ingreso per cápita a largo plazo." "Por lo tanto, los gobiernos", concluye Barros, "deberían prestar mayor atención al impacto de sus políticas sobre los salarios reales, porque tal vez estén sacrificando el crecimiento de la productividad interna a la vez que aumentan el sufrimiento social causado por los salarios bajos". Fuente: SUNS |