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Se tensan relaciones entre EEUU y China
La declaración efectuada por el Departamento de Estado acerca de las islas Spratly exhorta a todos los que tienen reclamos sobre las islas a "intensificar las tratativas diplomáticas" para terminar de resolver el caso. Este mensaje fue pronunciado tres meses después de que la marina china estableciera construcciones militares en el arrecife "Mischief" (Del Agravio), a tan sólo 170 kilómetros de la isla filipina de Palawan. Al mismo tiempo, la declaración afirmaba el "interés fundamental" (de Estados Unidos)en mantener la libertad de navegación en el sur del Mar de China y advirtió que Washington vería "con seria preocupación" cualquier reclamo que "no sea coherente con el derecho internacional, incluida la Convención de 1982 sobre los Derechos del Mar". La declaración, que no menciona directamente a China, tuvo como finalidad "tranquilizar a los aliados de Estados Unidos en el sudeste asiático pues nos estamos ocupando del asunto", expresó un alto funcionario. Observó que algunos países del sudeste asiático "se mostraron más preocupados" desde que la marina filipina descubrió actividades chinas en el arrecife Mischief. Este mensaje fue lanzado antes del inicio del foro regional de la Asociación de los Países del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que asistieron altos funcionarios de Estados Unidos y China. Las islas Spratley, reclamadas por Filipinas, Malasia y Taiwan, dominaron gran parte de las conversaciones extraoficiales. Rocas estratégicas Estas pequeñas islas, la mayoría de las cuales no son aptas para asentamientos humanos, están aproximadamente en una ubicación equidistante de Vietnam y el principal archipiélago filipino y se han convertido en el centro de un debate transpacífico sobre las intenciones militares y territoriales de China. También se cree que las islas están dentro de un área de yacimientos petrolíferos posiblemente importantes, que las hacen sumamente codiciadas para gran parte del mundo asiático, altamente carenciado de petróleo. La conducta más agresiva de China con relación al arrecife Mischief, el brusco aumento del gasto militar, junto con la adquisición de aviones y submarinos de largo alcance, alientan los temores de que las intenciones de China no sean tan inocentes como sus reclamos. Hace tiempo que Beijing afirmó estar decidido a resolver los reclamos de forma pacífica, en negociaciones bilaterales con los otros reclamantes. Pero al mismo tiempo, adoptó una serie de acciones unilaterales que comenzaron en 1988, cuando la marina incautó la isla que estaba en poder de fuerzas vietnamitas. China también garantizó derechos futuros a empresas petroleras de occidente. ¿Cambia la hegemonía? A la ansiedad se suma una percepción regional general de que Estados Unidos se está retirando de sus posiciones de avanzada en Asia, empezando por el abandono en 1992 de sus bases en Filipinas. Para ciertos analistas regionales eso creó un vacío de poder que Beijing ahora está intentando llenar. Esa percepción fue parcialmente despejada cuando después del incidente del arrecife Mischief, el Pentágono afirmó que había cambiado sus planes de retirar más tropas de la región y prometió mantener unos 100.000 efectivos, casi los mismos que en Europa. Si bien en la última declaración Washington reiteró su neutralidad con respecto a todos los reclamos, su aprobación explícita de los Derechos del Mar debe ser tomada como un desafío a Beijing, según varios analistas asiáticos. China firmó pero no ratificó el tratado. El gobierno chino fundamenta su reclamo de las islas Spratly en el "uso histórico", observó un funcionario. "Pero eso no está reconocido en los Derechos del Mar", expresó. "Varios países han estado preguntando cómo se coloca Estados Unidos con respecto a esto". Medidas más drásticas El problema es que "la declaración es sólo palabras", señaló Robert Manning, asesor asiático de la administración de George Bush, quien actualmente se desempeña en el Instituto de Política Progresista de Washington. Si bien manifestó que la declaración era un "paso en la dirección correcta", él está a favor de medidas más drásticas. En un artículo reciente del Washington Post, Manning y James Przystup, quien encabeza los Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage, de derecha, pidieron a la administración que enviara un buque de guerra estadounidense a la bahía Cam Ranh, en Vietnam, e iniciar un diálogo militar con el antiguo enemigo de Washington en Hanoi. Fuente: SUNS/IPS |