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Estados Unidos Política y negocios
Los críticos argumentan que Enron cobró demasiado al gobierno indio y utilizó contactos políticos para conseguir el contrato. También afirman que esto no es nada nuevo para la compañía con sede en Texas. Cuanto más caro mejor Enron ganó un contrato para reconstruir Shuaiba North, una central eléctrica de 400 megawatts que abastecía el 5% de la electricidad de Kuwait antes de que fuera bombardeada durante la Guerra del Golfo en 1991, según Seymour Hersh, un periodista de la revista New Yorker. Hersh afirmó en un artículo publicado en 1993, que el precio presentado por Enron para abastecer de energía eléctrica era de 11 centavos el kilovatio/hora. La licitación rival, de la compañía alemana Deutsche Babcock, era de 6 centavos, mientras que la tarifa subsidiada por el estado era de 0,5 centavos el kilovatio/hora. Pese a la enorme diferencia en los precios, Hersh señala que la oferta de Enron recibió una consideración favorable luego que el ex secretario de Estado James Baker visitara Kuwait en 1993. Baker, nacido en Texas, trabajaba en ese entonces como consultor de la Enron. Interrogado sobre el contrato, el agregado de prensa de la representación de Kuwait en Washington, Raed al Rifai, se negó a hacer declaraciones sobre el tema: "Esperamos que el contrato se otorgue pronto, pero mientras tanto no podemos hacer ningún tipo de comentario al respecto". En India, Enron cobrará al gobierno estatal ocho centavos el kilovatio/hora, casi el doble de lo que pagan actualmente los consumidores. Para el año 2017, el costo se elevará a 33 centavos. Críticos como Prayas, un grupo no gubernamental con sede en la India, denuncian que con estos precios, la compañía obtiene una tasa de rentabilidad del 32%, casi el triple del promedio de rentabilidad en este país. También afirman que Enron construyó una central similar en el norte de Inglaterra por la mitad del precio fijado a la central de India. La Enron en Filipinas En Filipinas, Enron ganó un contrato para construir una central eléctrica a diesel de 105 megavatios, que según denuncias le costaría a la Empresa de Energía Nacional de Filipinas (NPC) 8 centavos el kilovatio/hora, 20% más que lo que NPC cobrará a los consumidores. La controversia provocó en 1993 la renuncia de los siete miembros del consejo directivo de NPC. El presidente filipino Fidel Ramos y el secretario de Energía de la época, Delfin Lázaro, ordenaron una investigación al respecto. El proceso, llevado a cabo por un equipo de tres miembros dirigido por el subsecretario de Energía Rufino Bomasang, liberó a la Enron de sospechas. El equipo no negaba que el costo inicial del contrato era alto pero concluía que, calculado a lo largo de 25 años, estaba muy cercano al precio actual de la electricidad. "Ahora la energía es suministrada a NPC por contratistas privados, luego de una selección a través de una licitación abierta", afirma Víctor Gosiengfiao, consejero económico filipino en Washington. "No siempre gana el presupuesto con el precio más bajo. Hay otros factores en juego". Diane Bezalides, vicepresidenta de Enron para relaciones públicas, también defiende el proceso de licitación. "Se formularon preguntas en un proceso abierto. Dimos información al Departamento de Energía y se mostraron satisfechos con nuestras respuestas. De hecho, el presidente Ramos incluso asistió a nuestras ceremonias inaugurales", relató Bezalides. La energía de las influencias Enron tiene similar acceso a las poderosas figuras políticas de Washington, según comentan observadores locales. La compañía tiene allegados en los dos partidos políticos más importantes de Estados Unidos. Es sabido que Kanneth Lay, fundador y director ejecutivo de Enron, es amigo del ex presidente George Bush, y recaudó fondos para la campaña de reelección de Bush en 1992. Lay también presidió ese año el comité de recepción para la Convención Nacional Republicana. Después de que los republicanos perdieron las elecciones, Lay contrató como consultores a dos de los más importantes funcionarios del gabinete de Bush: James Baker y el secretario de Comercio Robert Mosbacher. Thomas Kelly, director de operaciones de la Junta de Comandantes en Jefe de la administración Bush durante la Guerra del Golfo, ya trabajaba para Lay. Baker y Kelly acompañaron a Bush en una visita privada a Kuwait en abril de 1993, después de que el ex presidente abandonara la Casa Blanca. Negocios después de la guerra En su artículo del New Yorker, Hersh afirma que Baker, junto con los dos hijos menores del ex presidente, Neil y Marvin, permanecieron en Kuwait para negociar a nombre de la Enron con el Ministerio de Electricidad y Aguas de Kuwait. Sus esfuerzos aparentemente valieron la pena. Las fuentes informantes de Hersh sostuvieron que los socios comerciales kuwaitíes de Enron en la licitación para reconstruir Shuaiba habían sido "obviamente escogidos a dedo" por el primer ministro kuwaití. Enron, por su parte, califica el artículo del New Yorker como "totalmente incorrecto", pero la compañía sigue siendo vaga acerca de lo que sucedió realmente en Kuwait. "Los hijos de Bush no estaban trabajando para nosotros y nunca lo han hecho. No puedo hacer comentarios sobre si teníamos una oferta o no en ese país", declaró Bezalides a la prensa. "James Baker tuvo una o dos reuniones en representación nuestra en Kuwait, pero eso fue después que George Bush dejara Kuwait". Republicanos y demócratas La suerte política de Enron no despareció con la ida de Bush. Lloyd Bentsen, otro texano y primer secretario del Tesoro de la administración de Bill Clinton ya era beneficiario de la generosidad de Enron. En una campaña para las elecciones al Senado, el demócrata recibió más de 14.000 dólares de Enron. Según datos ofrecidos a la prensa por el Centre for Responsive Politics, un grupo de investigación, la cifra es la segunda en importancia desembolsada por Enron para una campaña política. Bentsen dejó su cargo como secretario del Tesoro a fines de 1994 y fue reemplazado por Robert Rubin, que había sido socio comercial de Enron cuando trabajaba con el banquero inversionista Goldman Sachs. Clinton nombró a Rubin en primer término para presidir su Consejo Económico Nacional. Poco después, Rubin escribió a antiguos clientes utilizando las hojas membretadas de Goldman Sachs, afirmando que "esperaba continuar trabajando con Ud. en mi nueva condición". Mientras tanto, Lay no perdió tiempo en cultivar amistades en la nueva administración Clinton. En agosto de 1993, se produjo una invitación a Lay para jugar golf con el presidente en Vail, Colorado, cita que irritó a Oscar White, director ejecutivo de Coastal, otra empresa de gas natural que había ayudado a Clinton a recaudar fondos para su campaña electoral. Estos vínculos con la administración demócrata ayudaron mucho a Enron, sotiene Ken Silverstein, editor del boletín quincenal Conterpunch. Los funcionarios de Clinton ayudaron abiertamente a Enron con los contratos en India e Indonesia. Y en los dos últimos años, Enron recibió fondos del gobierno de Estados Unidos para construir centrales eléctricas en China, Filipinas y Turquía. Enron también consiguió contratos en Paquistán y Rusia mientras acompañaba a altos funcionarios gubernamentales de Estados Unidos en viajes oficiales. Fuente: SUNS/IPS
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