Acuicultura | |
Monocultivo del camarón genera daños y protestas
por Martin Khor
Además de perjudicar los manglares y otros recursos naturales de la zona costera y de contaminar las aguas circundantes, la experiencia de muchos países demuestra que la acuicultura de camarones se está convirtiendo en víctima de sus propios efectos ecológicos. La producción superintensiva, una expansión demasiado vertiginosa y la contaminación de la propia agua de los estanques de camarones han provocado un brote de enfermedades a veces incontrolables. Taiwan: vertiginosa caída El ejemplo más dramático es el caso de Taiwan, que hasta hace pocos años era el mayor exportador de camarones del mundo. Su producción de camarones, del pico máximo de 1987, cuando se produjeron unas 90.000 toneladas métricas cultivadas, se vino abajo a 40.000 toneladas en 1988 y a alrededor de 25.000 toneladas en 1989, cifra en la que se mantuvo en los años siguientes. Según un estudio de Ian Baird, ambientalista estadounidense, esta caída se debió en gran medida a enfermedades de características epidémicas provocadas por virus, bacterias y protozoarios. El uso indiscriminado de productos químicos tóxicos y de antibióticos también redujo la resistencia de los camarones a las enfermedades. La caída de la producción se debió también al exceso de camarones por superficie de terreno, a la cantidad excesiva de cultivos por año, al uso incorrecto de alimentos procesados y al hundimiento del terreno (en algunas zonas el suelo cedió varios metros en pocos años) debido a la sobreexplotación del agua subterránea. Imre Csavas, miembro de la oficina regional para Asia de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hace una descripción de lo que sucedió en Taiwan y que se repite en otros lados: "El aumento de la autocontaminación provoca brotes de enfermedades más frecuentes y de mayor severidad (...) Estas enfermedades no eran desconocidas en la etapa de crecimiento de la industria, pero que se perdiera uno de tres o cuatro cultivos no era motivo de preocupación ya que con las ganancias de dos cultivos se recuperaba el total de la inversión". "Tales reveses fueron olvidados. Sin embargo, los efectos negativos de la autocontaminación se acumularon rápidamente a medida que toda la zona costera se convirtió en estanques de camarones, las pérdidas de los cultivos comenzaron a sucederse una tras otra y los inversores finalmente abandonaron los estanques". La experiencia en otros países Csavas señala que Taiwan fue el primer país que sufrió ese desastre. "Pero lamentablemente nadie aprendió la lección. Otros países, en especial Tailandia, hicieron lo mismo y cometieron los mismos errores que Taiwan, con los mismos resultados desastrosos". "La existencia de regiones vírgenes en la costa de Tailandia encubrió durante un tiempo la verdadera magnitud del problema, pero, considerando el brote de enfermedades devastadoras ocurrido en 1993, el fin parece cercano". El funcionario de la FAO asegura que Indonesia y China, ambos también grandes productores, tampoco evitaron la trampa del exceso de inversión. "Esto explica el brote de enfermedades de características catastróficas y la subsiguiente caída de la producción registrada recientemente en ambos países". Además de los países referidos, existen otros informes de enfermedades. En India, una misteriosa enfermedad viral (llamada "enfermedad de la mancha blanca") comenzó a fines de 1994 y se propagó a lo largo de los estados de Tamil Nadu, Andhra Pradesh y Orissa, en la costa este, devastando gran parte del cultivo de camarones. "En Nellore, hileras de estanques vacíos obligaron a los empresarios a tomarse unas vacaciones forzadas en el cultivo de camarones", informó el Economic Times. "El virus misterioso continuó su marcha destructiva diezmando miles y miles de camarones". Hace poco, el virus letal atacó también predios de Bengala Occidental, que representa más de un tercio de la producción de India. En Ecuador, un brote reciente de enfermedades (provocadas por bacterias, virus y hongos) se abatió sobre 12.000 hectáreas del Golfo de Guayaquil y amenaza extenderse a la región de El Oro. En Malasia se prducen informes frecuentes de muerte a gran escala de crías de camarones. Este año, un virus recientemente descubierto atacó los viveros de camarones del estado de Kedah, afectando a 60 predios y se extendió a 40 predios del estado vecino de Perak, matando a casi todas las crías de camarones. Mientras tanto, se ha informado que en muchos países la acuicultura de camarones está provocando efectos sociales y ambientales adversos. Cientos de comunidades agrícolas y de pescadores de la región asiática están protestando contra la intrusión en sus recursos hídricos y el saqueo de los mismos por el cultivo de camarones. Esta industria es promovida por compañías comerciales, particularmente en los últimos cinco a diez años. Los camarones se exportan en su mayoría a los países ricos (especialmente Japón, Estados Unidos y Europa), donde se obtienen precios elevados y se han convertido en un elemento culinario caro y de moda. Método de cultivo y sus consecuencias La rápida expansión de la acuicultura intensiva y comercial ha sido llamada a menudo la "Revolución Azul", siguiendo el modelo de la "Revolución Verde" utilizado para describir la introducción de la agricultura sustentada en productos químicos. A partir de la década del 70, la producción mundial de camarones cultivados alcanzó tasas increíbles, principalmente en Asia, que en 1990 produjo 556.500 toneladas métricas o el 80% de la producción mundial. En el mismo año se estimó que en Asia se utilizaron 820.000 hectáreas para acuilcultura de camarones. Los predios para la acuicultura consisten en enormes depósitos o estanques construidos en tierras próximas al mar. Se bombea agua de mar y agua subterránea a los depósitos y se agregan plaguicidas y productos químicos. El agua residual contaminada de los estanques va a parar al mar y a las tierras aledañas. Para construir los estanques y las estaciones de bombeo en las zonas costeras se derriban los bosques y manglares y se excava la tierra. El agua salada que entra a los estanques penetra en el agua subterránea y la creciente salinidad deteriora el agua potable existente así como las tierras agrícolas circundantes. El agua residual de los estanques contamina el mar y el medio marino, reduciendo y envenenando la vida marina. Para dar lugar a la acuicultura, miles de predios agrícolas aledaños han sido seriamente afectados y los agricultores han sido erradicados de sus tierras. Muchas más tierras agrícolas fueron dañadas por la entrada de agua salada de los cultivos de camarones a los arrozales, reduciendo en gran medida la producción agrícola. Las comunidades de pescadores también se vieron perjudicadas ya que la acuicultura les bloqueó el acceso al mar desde sus aldeas y los desalojó de los sitios donde tradicionalmente estacionan sus botes y extienden sus redes. La pesca de los pescadores tradicionales también está siendo exterminada por la contaminación que viene de los estanques y por la captura de camarones jóvenes con destino a los viveros. Además, las familias rurales ubicadas cerca de los estanques de camarones enfrentan serios problemas con el agua potable, ya que la acuicultura bombea y agota los recursos de agua subterránea y contamina las fuentes de agua potable con agua salada y el agua residual de los estanques. Fuente: Red del Tercer Mundo |