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UNCTAD (I) Cooperación para
reducir
por Chakravarthi Raghavan
Esta es la principal conclusión política del Informe sobre Comercio y Desarrollo, publicado anualmente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y dado a conocer recientemente. Si esta crisis del desempleo, con las graves repercusiones políticas y sociales que trae aparejadas, no se resuelve a través de políticas coordinadas a escala internacional para promover un mayor crecimiento, demanda e inversión, el sistema del comercio internacional y el comercio liberalizado no sobrevivirán, a pesar de los acuerdos de la Ronda Uruguay, se advierte en el referido informe. Proteccionismo y flexibilidad laboral También se señala que a pesar del creciente apoyo de los países industrializados al proceso de integración a escala mundial, a la liberalización y al desarrollo orientado hacia afuera, la falta de empleo se achaca en forma creciente a las importaciones de los productos manufacturados provenientes del Sur. Las soluciones propuestas varían desde aumentar los obstáculos a las importaciones (proteccionismo), a imponer normas laborales más estrictas a los productores del Sur (la cláusula social), pasando por rebajar las normas laborales del Norte (mercados laborales flexibles). Pero cada uno de esos recursos, incluso el tercero que cuenta con los favores de los defensores del mercado libre, el libre comercio y la participación mínima del gobierno, desaceleraría la industrialización de los países en desarrollo sin ayudar a resolver el problema del desempleo en el Norte. En el informe se cuestiona el argumento de que la flexibilidad del mercado laboral de Estados Unidos y el Reino Unido haya aumentado los puestos de trabajo, aun a costa de bajar los salarios. En Europa aumentó el desempleo, si bien manteniendo los salarios e ingresos de los empleados. Si se tienen en cuenta las cifras de desempleo y desempleo encubierto, la situación no es muy diferente. Ni las prescripciones ortodoxas para la flexibilidad del mercado laboral ni los instrumentos proteccionistas a través de una "cláusula social" vinculada al comercio resolverían el problema del creciente desempleo a largo plazo ni las crecientes desigualdades del ingreso en el Norte, se señala en el informe. Tan sólo rebajarían el bienestar social del Norte, afectarían drásticamente el empleo y el poder adquisitivo de los países del Sur (perjudicando así las exportaciones del Norte) sin "salvar" a las industrias del Norte que hacen un uso intensivo de mano de obra, amenazarían la evolución del sistema internacional del comercio en la dirección correcta, malogrando los beneficios de las estrategias de crecimiento orientadas a la exportación y perjudicando seriamente las perspectivas de desarrollo del Sur, declaró Carlos Fortin, Oficial Encargado de la UNCTAD, en una conferencia de prensa realizada en Ginebra. Un modelo de simulación adjunto al informe demuestra que el comercio Norte-Sur aporta beneficios considerables al Norte, aun cuando aumenta los problemas del mercado laboral. También demuestra que algunas de las propuestas políticas esgrimidas frecuentemente como recursos para solucionar el desempleo del Norte (mayor flexibilidad del mercado laboral del Norte o normas laborales más estrictas en el Sur), en el mejor de los casos tendrían sólo un impacto limitado y tal vez hasta dejen al Norte peor que antes. Ante la falta de una estrategia para resolver el problema del desempleo en la que se pongan todas las cartas en juego, los gobiernos podrían encontrar bastante difícil resistir las presiones políticas por soluciones proteccionistas que perjudican a todos, se dice en el informe. Si bien las restricciones comerciales vinculadas a normas laborales más estrictas en el Sur podrían parecer una forma fácil de reducir la competencia de esa región, el argumento para mejorar las disposiciones laborales en el Sur es la protección de los trabajadores locales, y no el de salvar los puestos de trabajo del Norte. En la medida en que los diferenciales de productividad del Norte y del Sur son mucho más cercanos que los diferenciales de salario, aumentar los costos de la mano de obra y hacer más estrictas las normas del Sur no necesariamente permitiría conservar las industrias del Norte que hacen un uso intensivo de mano de obra. Sólo contribuiría a empeorar las relaciones de intercambio y reducir los ingresos y los salarios reales de la mano de obra no calificada del Norte en la medida que aumenten los precios de las importaciones. Exportar el desempleo Yilman Akyuz, economista principal de la UNCTAD, quien tuvo una participación muy activa en la redacción del informe, manifestó que ante la falta de un cambio de postura del Norte en los temas macroeconómicos, que favorezca la inversión y redunde en tasas de crecimiento económico mucho más elevadas que las actuales, los conflictos comerciales aumentarán dentro del Norte y cada país intentaría exportar su desempleo a través de políticas neomercantilistas. El sistema comercial no sería capaz de soportar esas presiones. En el informe se dice que si bien el comercio Norte-Sur y los cambios tecnológicos repercutieron sobre el empleo, endilgarles toda la responsabilidad constituye una "explicación superficial". Si bien ambos factores tienden a reducir la demanda de mano de obra no calificada, la demanda de mano de obra calificada también ha comenzado a decaer en el Norte. Cualquier estrategia de "ajustar el desempleo enfrentando entre sí a los trabajadores en la arena de mercados laborales competitivos", exacerbaría los conflictos entre las clases sociales y, lo que es más, entre los países, advierte la UCNTAD. Convertir la mano de obra en un producto más no es una receta apropiada para avanzar hacia una economía mundial abierta. Por el contrario, estimularía las fuerzas que preferirían ir en la dirección opuesta. Aun cuando en el Norte se facilitara a los empleadores una mano de obra menos costosa y más calificada, los empresarios invertirán en la escala necesaria para ofrecer más y mejores puestos de trabajo sólo si existe confianza en que las ventas serán dinámicas. Ningún país puede ampliar la demanda por su cuenta durante mucho tiempo sin sufrir un ataque a su moneda y ser obligado a "poner su casa en orden" a través de restricciones a la demanda. En la historia económica no es la primera vez que ocurre una alteración del mercado laboral como consecuencia de competencias o tecnologías nuevas. En el pasado, durante el período de posguerra que muchos definen como la "época dorada", los países industrializados adelantados enfrentaron esa competencia, primero de Japón y luego de otros países europeos del Sur, gracias a su elevadas tasas de crecimiento y creación de trabajo. En ese momento, el crecimiento de la economía y de la demanda alentaron la inversión y la generación de una nueva capacidad productiva así como de empleo de la mano de obra desplazada. Pero ahora, en el Norte, las industrias y los servicios en expansión no absorben a los trabajadores desplazados, tanto calificados como no calificados. Políticas de estímulos a la oferta En cuanto a las recomendaciones centradas en el estímulo a la oferta (desreglamentación del mercado laboral, reforma de las instituciones de bienestar social, capacitación de la mano de obra no calificada y medidas para incrementar las ganancias), si bien resultan útiles en algunos casos como parte de una propuesta más amplia de generación de empleo, con frecuencia son presentadas partiendo de una comparación superficial de las instituciones del mercado laboral. De hecho, hace veinte años que se viene aplicando una desreglamentación en los mercados laborales del Norte, lo que ha redundado en una disminución de la integración sindical y un aumento de las formas no normalizadas de empleo. También las ganancias empresariales se incrementaron en la década del 80. Pero ello no trajo aparejado el aumento de puestos de trabajo a través de un ritmo más acelerado de acumulación de capital, e hizo poco para aminorar los problemas del mercado laboral. En países donde las cifras oficiales de desempleo bajaron, la absorción de la mano de obra industrial desocupada por los sectores de baja productividad indica que el desempleo encubierto, como el que se dio durante la Gran Depresión, ha ido en aumento. La flexibilidad del mercado laboral sólo determinará si los problemas descritos conducen a mayor desigualdad de los ingresos o a mayor desempleo. Esto no debe representar ninguna sorpresa ya que las políticas que contemplan sólo el aspecto de la oferta dependen mucho de si son aplicadas en condiciones de demanda agregada estancada o en crecimiento. Equilibrio entre inversión, Las políticas macroeconómicas de los últimos veinte años han estado dirigidas a restringir el crecimiento de la demanda, limitando con ello la demanda de mano de obra y también mitigando el impacto de las medidas de incentivos a la oferta. Los intentos de evitar en el Norte la tendencia a una tasa de crecimiento demasiado lenta como forma de revertir el desempleo elevado y persistente planteó varios desafíos políticos difíciles, y no todos iguales para los distintos países. El desempleo sólo puede tener solución si se corrige el desequilibrio básico entre inversión, crecimiento y creación de empleo. Pero eso no significa adoptar las mismas políticas que anteriormente surtieron efecto. "Significa encontrar la combinación correcta de medidas de incentivo a la oferta y a la demanda para asegurar el equilibrio, tanto interno como externo, del contexto distinto que caracteriza la década del 90", sostiene la UNCTAD. (Fuente: SUNS) |