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Grupo de los 77 La UNCTAD como
fuerza
La UNCTAD como institución debería tener la facultad de ejercer íntegramente su mandato de desarrollo, en especial a la luz del proceso de integración a escala mundial de la economía internacional y la interdependencia económica cada vez más profunda entre los estados, así como sus consecuencias para los países en desarrollo. El Grupo de los 77 y China, expresó, siguen comprometidos con la figura de la UNCTAD como una institución que adquirió mayor importancia a partir de la creación de la OMC, la cual reforzó la necesidad de un ámbito comercial de orientación política dirigido en gran medida al desarrollo. En comentarios generales previos con respecto al informe de la Secretaría de la UNCTAD sobre el Comercio y el Desarrollo, González se refirió a los indicios de una mejoría de la situación económica en algunos países en desarrollo, y a los grandes problemas enfrentados por muchos otros, debido a la caída de los precios de los productos básicos y de los ingresos provenientes de los mismos, la reducción de las corrientes de ayuda oficial para el desarrollo, el aumento de la pobreza y el resultado de la Ronda Uruguay. Sobre este último aspecto González destacó la pérdida del trato especial y diferenciado del que gozaban los países en desarrollo en el comercio internacional. El impacto de todo esto en los países en desarrollo exige atención inmediata y un análisis más minucioso, reflexionó el presidente del Grupo de los 77. El desempleo del Norte y las soluciones neomercantilistas Tal como se señaló en el Informe, el desempleo se ha convertido en un verdadero azote en los países desarrollados y la forma en que éstos aborden el problema podría influir en el curso de las demás economías, tanto desarrolladas como en desarrollo. En cuanto al análisis de las causas del desempleo y la caída del salario real de los trabajadores del Norte, el Grupo de los 77 coincidió con el informe y agregó que la propuesta de resolver el problema con las restricciones a las importaciones constituye un ejemplo de los enfoques neomercantilistas. Tales posturas contradicen la letra y el espíritu de la Ronda Uruguay e impedirán que la integración a escala mundial y la liberalización den sus frutos. Son una amenaza para los países en desarrollo, ya que sus estrategias de desarrollo orientadas hacia afuera sólo podrían tener éxito si los mercados de los países en desarrollo fueran suficientemente abiertos como para recibir las crecientes importaciones de las manufacturas de los países en desarrollo. Imponer nuevos obstáculos comerciales -entre ellos el de relacionar con el comercio la existencia o no de disposiciones laborales más estrictas- sería contraproducente. Tales barreras, en lugar de resolver los problemas de desempleo y mala retribución del trabajo no calificado en el Norte, provocarían un aumento de los precios de las importaciones y una caída de los salarios reales de los trabajadores no calificados, así como mayor desempleo en el mundo en desarrollo. Lo que se necesita es un esfuerzo para aplicar una política coordinada que dé empuje a la demanda y aumente la inversión en los países desarrollados. El mundo en desarrollo, a su vez, debe contribuir a través de un aumento del poder adquisitivo, el incremento de los ingresos provenientes de las exportaciones de productos manufacturados, mejores precios percibidos por los productos primarios y la posibilidad de acceder convenientemente a la financiación externa. El Grupo de los 77 coincidió con la opinión del informe en cuanto a que no sería realista esperar que el sistema internacional del comercio evolucione en la dirección correcta -a pesar de la Ronda Uruguay- a menos que los problemas de desempleo y salarios bajos de los países de la OCDE se resuelvan aumentando la prosperidad de todos. Cooperación internacional Pese al fin de la Guerra Fría, es preciso que se concrete la cooperación internacional necesaria y que la política mundial no retorne a los modelos de competencia y conflicto característicos de los años 30. Los acuerdos de la Ronda Uruguay deberían confluir en un sistema comercial abierto y de carácter normativo y los países industrializados tienen una gran responsabilidad en este sentido, en cuanto a resistir las presiones para erigir nuevas barreras destinadas a limitar el acceso del mundo en desarrollo a los mercados. Igualmente importante es monitorear la aplicación en letra y espíritu de dichos acuerdos. Unión Europea: flexibilizar la UNCTAD La intervención de Fernando Valenzuela, embajador español de los estados miembros de la Unión Europea, se dedicó a los preparativos de la UNCTAD IX y del balance de mitad de período del Programa de Acción para los países menos adelantados (PMA). El embajador español declaró que la Unión Europea cree que la UNCTAD debe estudiar la necesidad de establecer una estructura institucional flexible y eficiente. Si bien consideró válido preservar las ideas ya formuladas en Cartagena, la UNCTAD debe incrementar los esfuerzos para promover el desarrollo "a través del comercio, la colaboración y la asociación entre los Estados Miembros de la conferencia y una buena gestión nacional e internacional". También deberían tomarse en cuenta las necesidades especiales de los países, en particular los menos adelantados, que deben seguir transitando el camino hacia el desarrollo y no perder de vista la necesidad de respetar los derechos humanos y los principios de la democracia y el buen gobierno. Con relación a la próxima revisión general del Programa de Acción para los PMA, el vocero de la Unión Europea aseguró que la situación de los PMA fue tal vez el tema de mayor preocupación para la UNCTAD y sus miembros. La Unión Europea pretende un debate constructivo en Nueva York (lugar elegido para la reunión de alto nivel encargada del balance), y cooperará con sus interlocutores comerciales para llegar a un resultado positivo que sirva de ayuda a los PMA en sus esfuerzos por alcanzar el desarrollo. (Fuente: SUNS/CR) |