El Banco Mundial declaró que no tiene pensado ayudar económicamente a la ONU en este momento en que, desbordada por dificultades financieras, la organización busca nuevas fuentes de recursos para evitar la bancarrota

Según voceros del Banco Mundial, el organismo no tiene antecedentes de concesión de préstamos de este tipo. "Los estatutos del Banco no lo autorizan a prestar dinero a las Naciones Unidas", aclaró un portavoz del organismo.

El diario New York Times había informado el 27 de setiembre que Joseph Connor, director del Departamento de Administración y Gerencia de la ONU, declaró que la solicitud de un préstamo al Banco Mundial era sólo una de las tantas ideas barajadas "para aliviar la carga de la deuda" que recae sobre el organismo.

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, se reunió el último fin de semana de setiembre con el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali.

Pero, en lo que pareció una jugada adelantada, el vocero del Banco declaró: "Nos sorprendió leer el artículo del New York Times en el que se informaba que la ONU está estudiando la posibilidad de pedir un préstamo al Banco Mundial". Pero, continuó, el Banco "no está en condiciones de cooperar en este asunto en particular".

El BM, un organismo especializado de la ONU pero con la que mantiene vínculos muy débiles, obtiene sus recursos principalmente de los intereses devengados de los préstamos que otorga a países del Tercer Mundo (y ahora a las "economías en transición" de Europa del Este, Rusia y otras repúblicas ex soviéticas), y el ingreso percibido por la inversión a corto plazo de los fondos que recauda en el mercado, que exceden largamente sus necesidades de liquidez.

La crisis financiera

No obstante la ONU y la mayoría de sus organismos no son instituciones que produzcan dinero, porque dependen de las contribuciones preceptivas y voluntarias de los 185 estados miembros.

El vocero de la ONU, Joe Sills, afirmó a la prensa que la propuesta de un préstamo del Banco Mundial era una de las muchas ideas estudiadas por Connor para resolver una importante crisis financiera que afecta al organismo mundial.

En sus declaraciones, Connor advirtió que en caso de persistir la crisis, se verá obligado a postergar el pago de los salarios de los 14.600 funcionarios de la Secretaría de la organización en Nueva York.

"Si no aparecen nuevos recursos, tal vez debamos adoptar medidas más drásticas para suprimir algunas de las actividades de la ONU", advirtió por su parte Sills, quien agregó que la posibilidad de un préstamo del Banco Mundial requiere una iniciativa de la ONU, "aunque la decisión es de competencia del Banco. También habría que estudiar si los estatutos del Banco contemplan una propuesta de esta naturaleza", previno.

Actualmente, Estados Unidos es el mayor moroso, con atrasos de más de 1.500 millones de dólares: 527 millones adeudados al presupuesto general y 1.070 millones a las actividades de paz. Estados Unidos decidió en forma unilateral que a partir del mes de octubre, fecha de inicio de su nuevo año fiscal, reducirá su aporte al presupuesto de actividades de paz de 31% a 25% del total.

Los aportes adeudados a la ONU aumentaron de mayo a agosto de 2.800 millones de dólares a más de 3.700 millones. Si no se paga la deuda pendiente, para fines de octubre el presupuesto regular de la ONU tendrá que pedir prestado al fondo de actividades de paz unos 300 millones, y cerca de 200 millones en noviembre. Hasta ahora, sólo 64 de los 185 estados miembros pagó sus contribuciones completas y en fecha.

Responsabilidad de EEUU

Mientras tanto, el Norte y el Sur encontraron una causa común: arremeter contra Estados Unidos por precipitar la actual crisis financiera del organismo mundial.

Mientras la Asamblea General ingresaba en su cuarto día de sesiones, la Unión Europea, los países nórdicos y el Grupo de los 77 responsabilizaron a Washington por haber contribuido a la acumulación de la enorme deuda de Naciones Unidas.

En cuanto a las propuestas de Estados Unidos de reformar la perniciosa burocracia de la ONU, el canciller danés, Niels Helveg Petersen, declaró que "es una paradoja que quienes critican a la ONU por su falta de eficiencia sean a menudo quienes no cumplen sus obligaciones financieras (...) Han tomado a la organización como rehén. Siguen criticando a la ONU como si estuvieran fuera de ella", agregó.

El canciller noruego Bjorn Tore Godal, comunicó a los delegados que la situación era realmente grave debido a las cifras adeudadas, las mayores de toda la historia de la ONU, y porque "uno de los mayores contribuyentes retiene sus aportes y se calcula que los reducirá unilateralmente en los próximos años".

En una declaración conjunta, los cancilleres de los cinco países nórdicos -Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia- sostuvieron que la retención unilateral del aporte "es una clara violación de la obligación de los estados miembros". Hablando a nombre de la Unión Europea, el español Juan Yanez-Barnuevo manifestó a los delegados que la decisión de Estados Unidos de imponer un tope del 25% es "inaceptable".

Mientras tanto un proyecto de declaración de 13 páginas, emitido por los ministros del Grupo de los 77, manifestaba preocupación por la grave situación financiera de las Naciones Unidas. Los ministros culparon de la situación "al incumplimiento de los estados miembros, en particular algunos grandes contribuyentes, de sus obligaciones financieras..."

La reforma de la ONU y el "estreñimiento político"

Para Jeff Laurenti, de la organización neoyorquina UN Association of USA (UNA-USA), la propuesta de recurrir a un préstamo del Banco Mundial fue algo así como "un globo sonda". Laurenti declaró a la prensa que si Estados Unidos y otros estados miembros pagan sus aportes en fecha, no hay razón para solicitar préstamos.

"Estados Unidos está en condiciones de pagar, pero sufre un 'estreñimiento político' para cumplir sus funciones", expresó. Estados Unidos convirtió a la "reforma de la ONU" en su máxima prioridad para el 50º aniversario del organismo mundial, expresó Laurenti, mientras que para el resto del mundo la máxima prioridad serán las "sanciones por el no pago de las contribuciones". La crisis financiera es mucho más importante que racionalizar la organización, agregó.

(Fuente: SUNS/IPS)