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Estados Unidos Trasnacional asume responsabilidades La firma GAP, trasnacional estadounidense de la confección, suscribió un acuerdo por el cual asume responsabilidad sobre las condiciones de trabajo en las empresas subsidiarias y permite el control independiente de sus contratistas fuera del país
Si Usted lo fabrica ... , "Parece claro que las empresas no pueden escribir las reglas y después controlarse a sí mismas, pero tampoco quieren que el público sepa lo que está ocurriendo en otros países", expresaba una declaración emitida por Charles Kernighan, director del Comité Nacional del Trabajo (NLC), grupo de Estados Unidos que realizó protestas en favor de sindicalistas despedidos en El Salvador. "Por tratarse de uno de los gigantes del comercio minorista, la iniciativa de GAP producirá un fuerte impacto en el conjunto de la industria", agregó Kernighan. "El mensaje es claro: si usted lo fabrica, usted es responsable". Durante meses, GAP negó toda responsabilidad por la conducta de Mandarin Internacional, una firma contratista salvadoreña que ensambla vestimenta para la empresa estadounidense, una de las mayores firmas de venta de ropa al pormenor de ese país. Según el sindicato SETMI de El Salvador y observadores de Estados Unidos que defienden los derechos laborales, Mandarin cometió graves violaciones en esa materia, incluso el despido de jóvenes mujeres por causa de gravidez. Las denuncias también acusan a la empresa de haber perseguido a los trabajadores sospechosos de organizar el sindicato, a partir de los cual despidió a unos 100 afiliados, entre ellos siete dirigentes del SETMI. Esa persecución representó un serio revés para el movimiento sindical de El Salvador. Reacción de los trabajadores y de los consumidores En los meses previos arreciaron las protestas contra GAP en Estados Unidos y Canadá, cuando las prácticas de Mandarin fueron denunciadas por el NLC, el Sindicato de Empleados Industriales, Textiles y de la Aguja (UNITE) y diversos grupos religiosos. "El pueblo de Estados Unidos y de Canadá no está interesado en comprar productos fabricados por jóvenes de 14 o 15 años que trabajan en turnos de 12 a 14 horas, y en algunos casos hasta 21 horas por día, en condiciones de esclavitud", afirmó Kernighan. Después de varios meses de quejas y protestas de sus clientes por el tratamiento a los obreros salvadoreños, y de una pérdida de imagen de la empresa, GAP envió cartas a los consumidores informando de la suspensión de sus relaciones con Mandarin hasta que se corrijan sus prácticas laborales. Finalmente, en Brooklyn, el vicepresidente de GAP, Stan Raggio, firmó junto a Kernighan y a los dirigentes religiosos Paul Smith y David Dyson, un acuerdo en el que se obliga a autorizar que la gestión de sus contratistas sea supervisada por un proceso de control independiente. Control independiente de las condiciones laborales Según el acuerdo, GAP colaborará con los grupos que procuran mejorar la responsabilidad de las empresas, "para explorar la viabilidad de un programa de control industrial independiente en El Salvador". Entretanto, Mandarin tendrá que restituir a los sindicalistas despedidos en sus puestos de trabajo y reunirse la semana próxima con los dirigentes del SETMI en el Ministerio de Trabajo de El Salvador. El NLC y GAP acordaron recurrir a las oficinas del Defensor del Pueblo en El Salvador y en el resto de América Central para controlar el cumplimiento de sus orientaciones en materia laboral. Los funcionarios del Defensor del Pueblo tendrán acceso inmediato a las fábricas de GAP, según informó el NLC. La empresa se comprometió a no renovar su relación con Mandarin hasta que "GAP pueda confiar en que sus órdenes darán por resultado un empleo humano y productivo en El Salvador". "El acuerdo firmado entre GAP, el NLC y líderes religiosos es una victoria para todos los que estamos decididos a eliminar la explotación laboral tanto aquí como en el exterior", agregó el presidente de UNITE, Jay Mazur. UNITE, declaró, está especialmente satisfecha porque se ha sentado un precedente para que los comerciantes se hagan responsables de asegurar que sus contratistas cumplen las normas laborales. Trabajo esclavo en EEUU Este verano, el sindicato de textiles protestó cuando las autoridades de Estados Unidos descubrieron un taller en California que empleaba mujeres tailandesas en lo que varios investigadores calificaron de "condiciones de esclavitud". Las empresas de venta al público que recibían productos del contratista que dirigía esa fábrica, incluso gigantes estadounidenses como Macy's y Sears, negaron tener conocimiento o responsabilidad alguna por la explotación de las trabajadoras inmigrantes. Según el NLC, otras compañías estadounidenses -tales como la fábrica de ropa interior Fruit of the Loom- siguen trabajando con Mandarin. Si la empresa salvadoreña continúa abusando de sus obreros, advirtió Kernighan, el NLC investigará las actividades de Mandarin en todo el mundo e intentará impedir la entrada a Estados Unidos de todos los artículos producidos en sus fábricas. Kernighan aseguró que su grupo se ocupará de otras firmas de venta al por menor que son acusadas de utilizar contratistas que violan las normas laborales de Estados Unidos, tales como las firmas de zapatos Reebok y Nike y la cadena minorista de vestimenta J.C. Penney. (Fuente: SUNS/IPS)
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