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UE presiona por "cláusula social"


Los ministros de comercio que se reunirán en Singapur en diciembre de este año deberían "tomar la iniciativa" en el polémico asunto de vincular el comercio con los derechos laborales, declaró recientemente el máximo jerarca de comercio de la Unión Europea

 


El Comisionado de Comercio europeo, Sir Leon Brittan, manifestó que la conexión entre comercio y condiciones de trabajo debería ser objeto de un estudio especial por parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y que el tema sería discutido en la primera reunión de los líderes europeos y asiáticos a realizarse en Bangkok el 1º y 2 de marzo.

Las diferencias entre el Norte y el Sur en cuanto a la relación entre comercio y condiciones de trabajo sólo pueden resolverse "a través del debate y la cooperación", insistió Brittan. La cumbre euroasiática de Bangkok sería una "excelente oportunidad para descartar temores infundados", agregó.

Aclaraciones europeas

Brittan desmintió rotundamente versiones de que la Unión Europea esté tratando de imponer normas sociales mínimas al mundo en desarrollo como condición para los acuerdos comerciales.

"Europa no tiene intención de dictar normas sociales al resto del mundo", aseguró Brittan. Añadió que su propuesta de que la OMC estudie los lazos entre comercio y derechos laborales dista mucho de pretender anexar normas sociales mínimas a los acuerdos comerciales.

Fuerte oposición del Sur

Los reiterados reclamos de Estados Unidos y de agrupaciones laborales internacionales para que se incluya la llamada "cláusula social" en la OMC ha enfrentado la férrea oposición de los países en desarrollo. Funcionarios de comercio asiáticos advirtieron que una iniciativa de esa índole podría ser utilizada por las fuerzas proteccionistas de Occidente para bloquear el ingreso de bienes competitivos provenientes del mundo en desarrollo. "Una cláusula social sería una receta para el proteccionismo", opinó un diplomático de Asia del Sur. Por su parte, un jerarca de Asia oriental manifestó que su región se opone a cualquier forma de "condicionamiento comercial".

La Unión Europea, que intenta apaciguar la discusión, aclaró no tiene pensado privar a los países de bajos salarios de su legítima ventaja económica.

Por otro lado, los funcionarios de comercio de la Comisión argumentan que algunas prácticas, tales como la de impedir la libertad de asociación y la de utilizar mano de obra forzada, no pueden justificarse por el nivel de desarrollo económico del país que las lleva a cabo.

"En los foros internacionales donde el tema está actualmente en discusión, cada vez más se afirma la idea de que no se trata de una estrategia proteccionista", declaró un funcionario de la Unión Europea.

Brittan insiste en que en lugar de intentar imponer códigos occidentales de conducta en la agenda de la OMC, los países que comercian entre sí deberían ponerse de acuerdo en analizar el tema en la reunión de Singapur e incluso antes.

"Confiamos que a través de la discusión y la cooperación podamos desempeñar un papel constructivo en cuanto a mejorar las normas sociales de esos países", declaró Brittan.

La situación de Birmania

A principios del enero, la Comisión Europea lanzó una encuesta sobre el uso de la mano de obra forzada por parte del gobierno de Birmania. Agrupaciones laborales como la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), acusaron a la junta militar de Birmania de utilizar mano de obra forzada para la construcción de sus enormes proyectos de infraestructura.

Funcionarios de la Unión Europea advierten que si las acusaciones de la CIOSL demuestran ser correctas, Birmania podría perder los millones de dólares que recibe en virtud de los beneficios comerciales preferenciales otorgados por la Unión Europea en el marco de su Sistema Generalizado de Preferencias.

Pero los 15 estados miembros de la UE todavía no han llegado a un acuerdo acerca de cómo habría que abordar la cuestión de las normas laborales. Gran Bretaña, por ejemplo, sigue oponiéndose a vincular los derechos de los trabajadores con el comercio mundial. Por otro lado, Francia, Bélgica y Alemania presionan para que se incluya una "cláusula social".

Expertos asiáticos en materia de comercio insisten en que es mejor que el tema se trate en la Organización Internacional de Trabajo (OIT), el organismo creado para mejorar la condición de los trabajadores. También argumentan que si lo que la Unión Europea y los demás están buscando es mejorar las condiciones de trabajo, entonces habría que poner énfasis en la ayuda para el desarrollo, en lugar de hacerlo en las sanciones comerciales. "Las medidas comerciales punitivas de los países importadores no mejorarían las condiciones de nuestros trabajadores, sino que las empeorarían en el largo plazo", declaró un diplomático de Asia del Sur.

(Fuente: SUNS/IPS)


 

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