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Telecomunicaciones Posible acuerdo en
el marco A fines de febrero, un jerarca de la OMC anunció el posible arribo a un acuerdo sobre servicios de telecomunicaciones básicas para fines de abril. También señaló que ésta era la última oportunidad
Unos 35 países, contando la Unión Europea como uno solo, participan en las conversaciones que tienen alrededor de pocas semanas por delante, referidas no solamente a las difíciles negociaciones bilaterales sobre ofertas y pedidos sino además a algunos temas de regulación y competencia que podrían ceñir a los signatarios a normas generales. Tales normas no estarían rigiendo sólo en este sector sino en toda su economía, debido a la naturaleza vertiginosa de la evolución de las tecnologías de información y comunicación, que en todas partes están creando dos sociedades sin contacto entre sí. Podría llevar cierto tiempo la elaboración de reglas para garantizar normas comunes y procedimientos de rendición de cuentas -actualmente regidos por los acuerdos bilaterales de reparto de los ingresos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones-, y sobre cómo asegurar la competencia leal. Por lo cual algunos delegados sugirieron que las conversaciones podrían extenderse más allá del plazo del 30 de abril. La oferta de EEUU y sus objetivos Hace poco, Estados Unidos ofreció abrir a la competencia extranjera todos los elementos de su mercado nacional de telecomunicaciones, que recién acaba de ser liberalizado por el Congreso de Estados Unidos, pero condicionado a una "masa crítica" de ofertas de liberalización de otros participantes. Si bien no está expresamente identificado, según diplomáticos comerciales y funcionarios de la OMC, el objetivo de Estados Unidos es Japón, así como los principales países asiáticos y latinoamericanos. Japón y Canadá estarían "ofreciendo" mucho menos de un acceso liberalizado. La misma queja se hace, por ejemplo, de Singapur. Estos tres países, así como Australia, Brasil, Chile, Hong Kong, Israel, Corea, México, Filipinas y Venezuela han presentado ofertas o mejorado las ya existentes. Decisión delicada Trece países en desarrollo, participantes plenos de las negociaciones, todavía no han presentado sus ofertas (si bien se espera que algunos de ellos lo hagan antes del final de la ronda de conversaciones o que indiquen lo que harían en la próxima reunión). Entre los países que han anunciado que harían ofertas pero todavía no lo han hecho, figuran Argentina, Colombia, Ecuador, India, Egipto, Marruecos y Túnez. De los 19 países observadores presentes en las conversaciones, pero que no participan de las mismas, algunos son grandes mercados que recién están surgiendo como Indonesia, Malasia, Pakistán, Tailandia y Sudáfrica. La mayoría de los países en desarrollo han comprendido que en una época de rápido cambio tecnológico y en la que la capacidad de los grandes operadores les permite ignorar los límites nacionales, necesitan liberalizarse por el beneficio de otros sectores de sus economías. Pero una cosa es liberalizarse unilateralmente, al ritmo propio y ofreciendo un acceso al mercado en esta área, y otra es argumentar que estos países pueden obtener los beneficios de las telecomunicaciones y la tecnología de la información con sólo entrar en un acuerdo de la OMC. Porque ese acuerdo no les puede asegurar ni las inversiones necesarias ni la tecnología. Los costos de las comunicaciones internacionales, gracias a estos avances tecnológicos, han bajado tan drásticamente que puede llegar a costar lo mismo una llamada a una región cercana que a un lugar remoto. Las presiones del sector Las grandes compañías de telecomunicaciones de los principales países se resisten cada vez más a continuar con el criterio de igual participación en los ingresos de los acuerdos bilaterales que los países en desarrollo han utilizado para financiar su infraestructura nacional de telecomunicaciones. Pero decir que las llamadas internacionales cuestan lo mismo que las locales implica ignorar los costos de las inmensas infraestructuras locales -como sistemas de telecomunicaciones, y en la mayoría de los países en desarrollo incluso la energía y otras infraestructuras que se dan por descontadas en los países adelantados- necesarias para iniciar o participar en los servicios de telecomunicaciones internacionales. Cómo encuadrar este círculo es el difícil problema político que enfrentan los negociadores en esta área, pero aún más en la totalidad del ámbito comercial, y las exhortaciones de los funcionarios de comercio internacional no dan soluciones. (Fuente: SUNS) |